viernes, 31 de diciembre de 2010

Fin de año

No puedo dormir. La culpa me mantiene despierto. No soy practicante aunque creo más en los cielos que las palabras que suelo encontrarme por el suelo mientras camino por la noche de vuelta a mi caverna.

Recientemente me he mudado. He cambiado de piel como las serpientes pero todavía no me adapto. Las paredes me parecen frías. Sin rastro alguno de tu aliento, de tus manos encrespadas por una mezcla de dolor y placer. No me pertenecen.
He tratado de construir un nuevo refugio donde mantenerme a salvo de todos olvidándome de mi mismo.

Suelo caminar todas las noches antes de regresar. No sé lo que busco ni a quien pero cuanto más camino más recuerdo esas paredes impersonales.

Mis manos no me pertenecen, mis pies no me pertenecen, mi boca no me pertenece, mis ojos no me pertenecen, mi pecho no me pertenece. Caminar me resulta pesado pero quedarme encerrado entre tanta pared carente de recuerdo me resulta insoportable.
Ser me resulta una tarea pesada.

Soy consciente de que tengo un trabajo considerado por todos como loable, soy consciente de que he hecho en esta vida todo lo que he querido pero no he querido todo lo que he hecho. Camino sin ganas mientras la pasión que hace años me impulsaba a destruir el mundo para rehacerlo a tu imagen y semejanza ha desaparecido.

Si te tuviera aqui, ahora delante dejaría que lentamente me torturases con tu boca, que me recordaras lo duro que es la pérdida de lo que tanto he amado, que me brindaras un segundo de fantasía a cambio de meses de silencios. Suena desesperado. No te estoy llamando a ti sino a ti y a ti y a ti también, a la que tanto daño he provocado culpándome de todo y negándome la nada.

No puedo dormir. La culpa me mantiene quieto. Tu boca, atado.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Otra noche



El tiempo se agota, llega a su fin mientras las sirenas juegan en una sinfonía tan caótica como los pasos de la gente por las calles manchadas.

Sus caras dibujan angustias, no llegar es un final para ellos. Me difumino entre ellas, paso desapercibido. Es fácil verse confundido en esa marabunta llamada humanidad.

Recorro zonas de chalets adosados de cartón. La barra libre está al alcance de cualquier soñador por mucha vida que haya padecido, por mucho dinero que sus bolsillos hubieran perdido. Hoy compartimos copa medio vacía.

Te busco, te busco en la noche. No recordaba lo fácil que era encontrarte.
Pronto me quedo sin riego sanguíneo contemplándote al igual que cientos de amantes en tus noches en la hierba. Me regalas la brevedad de un deseo, un pedacito de ilusión tan absurda como mi figura, ahí quieta…callada.

Me pregunto a cuantos habrás emborrachado de sueños. A cuantos habrás guiado hacia el fin del mundo o hacia una playa virgen. Cuantos estúpidos, sabios, pobres y ricos habrán dirigido sus súplicas a ti que todo lo escondes.

Me pregunto qué hago yo aquí buscándote en la noche. Te recito una súplica con tantos ecos como horizontes habrás envidiado. Es lo que te ofrezco. Vivir por ti cada alba en tu nombre a cambio de una nueva noche en la que los cuadros cobren vida y las luces no te hagan sombras.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Idas

Pides ayuda rodeada de fuegos que nadie quiere apagar.
La verdad suele ser más sencilla, no frunzas el ceño.
Me acerco como amigo. Sin más esperanzas,
sin más señuelos.
Me acerco a ti en son de paz.

No levantes el velo de mi ingenuidad todavía.
Te dejaré jugar durante un tiempo
al gato y al ratón sin definir los papeles
tejidos a medida por la aguja que olvidaron
quitar de mi chaqueta...todavía con remiendos, todavía.

Te sigo rezando cada día aunque disimule bien
tus idas y venidas.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Barras en la ventana.

Nunca más volvimos a encontrarnos a pesar de mis intentos infantiles de forzar las casualidades. Me comporté como un amante seguidor de los rituales. Vi pasar tantas semanas por delante de mis ojos deseando que llegase la noche de cada fin de semana que consumí mi tiempo entre las almohadas de la esperanza paranoide.

Todavía guardo el momento. Me aferro a él. No hay necesidad de olvidos. Lo que pasó entre ella y yo aquella noche ante aquella barra atestada de penitentes carece ya de importancia. Nunca más volvimos a encontrarnos a pesar de que sigo aguardando.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Barras

Ella parecía como ausente, ajena a la música excesivamente alta que ocultaba los aullidos de las masas enganchadas al ritmo que un ególatra desde su pedestal pinchaba con una gran sonrisa de satisfacción.

De pié en la barra atestada de penitentes su silueta destacaba por encima del resto gracias a un vestido que luchaba por convertirse en piel. Sus piernas adornadas por unas medias de figuras geométricas eran todo un reclamo para las moscas. Ella las espantaba con su boca perfectamente en rojo sin que apenas sintieras pena del rechazo, tenía esa cualidad. Parecía estar esperando por alguien que por suerte para mis ojos no daba señales de vida.
Tenía la mirada rota, la llama se consumía tras cada canción. Era un descenso a los infiernos de la desesperanza o eso pedía para mis adentros. Llámame miserable. Si estuvieras allí lo comprenderías.

Sus dedos se mojaban en el interior de una copa, un gin tonic con una rodaja de pepino. Los hielos desaparecían rápidamente. No había tiempo para más...pero tras el más había otra realidad...otro resultado y así siempre con cada una de nuestras experiencias.

No tardó en clavar sus ojos sobre mi. Me sentí desnudo. Tonto descuidado! me grité.

Sonrió. No pude disimularlo. Giro los dedos en su copa más despacio como pensando mientras me escurría entre las sombras que bailaban a mi alrededor acercándome como un depredador por la espalda sin conocer el riesgo de creerme cazador cuando en realidad somos siempre presas de nuestros actos...

Ahora tengo que retirarme...dejando a esa nínfula en su barra de penitentes.

domingo, 14 de noviembre de 2010

En el Mondo...

Recuerdas las noches pasadas en las que nuestra voz era tan solo un murmullo?

Recuerdas las noches pasadas en las que nuestras manos jugaban a desaparecer entre humedades?

Recuerdas las noches en las que creí encontrarte sin saber que eras prisionera de ti misma?

Recuerdas esa sonrisa estúpida que te ponía cada vez que cerraba la puerta con tu cuerpo todavía desnudo pero ausente?

Hoy todos esos momentos han vuelto en forma de bilis a mi voz pero no he podido evitar tocar tu cara todavía cálida.

Hoy todos esos momentos han vuelto en forma de bilis a mi voz pero no he podido evitar sentirme libre para juzgarte inocente de todo mal salvo el de haberme encontrado prisionero de mi mismo.

domingo, 31 de octubre de 2010

Humedades



No tengo ganas de ti ni de tus sentidos pésames. Esta noche toca a su fin pero su luz continuará en mi. No desesperes me graznan los cuervos amaestrados. No tengo ganas de mi ni de mis continuos pésames.

La lluvia me atraviesa con sus humedades de marcado aroma a ti. Son solo evocaciones sintéticas de mi memoria que me torturan sin que el café o el alcohol en vena puedan mitigarlo.

Esta noche toca a su fin, los muertos están cerca pero su recuerdo es una estrella perenne en mi agenda cargada de compromisos.

Me pides un abrazo. Llevo haciéndolo cada una de estas malditas noches pero justo hoy estás tan lejos, tanto que tu frío está congelado, mis brazos derrotados.
Cada uno se hace el daño que quiere. Podemos ocultarlo. Tus circunstancias me importan una mierda, para qué negarlo. Somos magos de las excusas y estos trucos humanos me resultan vanos.

Tal vez te resulte extraño, pero existen juegos menos infantiles, tal vez más extraños para el mundo adulto en el que habitamos. Es muy sencillo. Consiste en dejar de negar tus pecados, afrontarlos y derrotarte dejando en el camino a ese niño que tantas veces te salva de mi. Ese niño que hace que mis llamadas no sean contestadas, que las obligaciones pasen a segundo plano por un polvo de medio lado. Tú elijes. Siempre podrás hacerlo.

domingo, 3 de octubre de 2010

Toxicidad

Hoy es de esas noches en las que es mejor no pararse ante nada ni nadie. No atender a razones, y beber menos de la cuenta.
Estás rodeado de humo con sabor a bocas, distingues el sabor de varias lenguas sin importar el sexo.
La tranquilidad que reina en mi jardín interior se ve rota fácilmente. Las normas sociales surten efecto y guardo silencio. Los espacios públicos no han de servir como escenario de miserias aunque sean ficticias.

Todo se cura con humor. En el humor toda cabe y si no te ríes es que tienes un problema. No sólo tenemos una memoria muy sesgada sino que nuestra capacidad de razonamiento está entrenada para perdonarnos constantemente. Por ello decís lo primero que os viene a la cabeza señalándome con dedo acusador. Lenguaje no verbal me dices. Aprendí a leer hace mucho tiempo sólo que lo que sé lo guardo. Si quieres algo, paga.

Apuro la copa. Aquí no queda nada salvo convencionalismos. Me marcho. Es mi principal forma de denuncia. Os privo de mi al tiempo que me ofrezco como carnaza para que podáis sentiros un poco mejor. Me importa una mierda ya. He aguantado con estoicismo como te quejabas de todo menos de ti. Intoxicación. No es un problema, estoy acostumbrado a las alturas. Tienes razón. No me has pedido que te deje pudrir al sol.

Ahora bien. No te olvides de comentarme con quien estuviste anoche. No es un secreto pero lo olvidas justo en este momento. No olvides las cosas que me dijiste durante estos años, en épocas de felicidad. No olvides lo que callabas tampoco.

Mi cuello es tan rígido como tu moral de papel. Mi verborrea la escondo para mejores momentos y por ello no peco de imprudente al hablar de vidas que ni me acerco a intuir.

Llevo varios años ya subido a las ramas de un árbol sin hojas. Es hora tal vez de ponerle algo que esconda sus desnudos nudos.

He sentido vergüenza ajena. Presenciar un juego de egos. Nuevamente elijes el escarnio público y la complicidad de los que callan. Otros se venden por dos míseras perras, por un mal polvo de sábado hablando por encima de todos aunque no diga nada verdaderamente alto.

Buen espectáculo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Bajo tu superficie





Huelo tu sangre.
Bajo el agua la oscuridad juega, late.
Soy un cazador sin hambre.
Despacio recorro tu nuca,
me atrevo a besarte.

Confundes la presa, ¿quién es el ratón?
La batalla no me interesa,
esperaré a recorrer tus restos
con delicadeza, lengua de león.

Huelo tu sangre.
Busco a ciegas, en esta oscuridad
en la que suelo encontrarte
tus vísceras, la humedad de tus
secretos que no lo son tanto
o eso creo
ya que comparto con tantos
este océano de cazadores cazados
que me resulta extraño oler tu sangre
sin sentirme lejano.

Bajo el agua, la oscuridad juega
te pierdo al tratar de encontrarte.
No miro atrás. Mi lengua es esquiva
de intenciones que no mezclen tu sangre
con mi saliva.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Exigencias

Ella estaba tan cerca que sus venas sonaban a latido, llenos de vida y exigencia.

Me pregunta con su voz cosecha del 87 qué es lo que más me gusta de una mujer.

Sonrío. Pienso en todas, pienso en ella, siento que me han hecho esa pregunta un millón de veces antes sin que pudiera caer en las obviedades y convencionalismos.

Todo, respondo. Me gusta todo. Todo lo que puedas llevar o no. Todo lo que te pueda arrancar o no. Podría decirte que me gusta el espíritu y no te mentiría pero no olvides que mi cuerpo habla otro lenguaje. Uno más básico aunque con el tiempo se vuelva un foco de complejidades.

Me gusta todo lo que pueda aportarme, termino. En ese amplio saco cabes tú, ella...

Ahora bien. Me guardo los detalles pues es ahí donde podrías conquistarme. Encontrar o no una tierra quemada.

Ella estaba tan cerca que su voz latía con la exigencia del momento. Somos demasiado exigentes tal vez.Pensamos demasiado en mañana, en pérdidas todavía sin aclarar. Pedimos la cuenta y nos vamos antes de empezar. Se me hace extraño estar tan borracho hablando de lo que puede o no gustarme.

Me podría atraer tanto un latido o una voz pulsante como una sencilla mirada llena de picardía. ¿Qué hacemos tú y yo en un mundo tan cambiante si somos dos lobos solitarios perdidos en un mar de dudas?.

Abrázame. Es una buena forma de hacerme ver que puedo estar equivocado.

Números

En la lotería como en los caballos apuestas a un número, perdedor generalmente. El ganador es una cuestión de suerte, no de genética.

En la vida, no hay números a los que apostar, tan sólo pares o impares, rojos o negros, poco más la verdad. Eso me hace pensar en las dificultades que nos encontramos a la hora de decidirnos. Rojo o negro, negro o rojo. Ganar o perder.

No hay trampas ni trucos pero si algún pequeño consejo recogido del suelo. No temer el resultado, preocuparse por el instante en que tomas la decisión y apuestas. Tratar de que todos nuestros actos nos permitan alcanzar nuestra meta.

Sabiendo que la consecuencia de tu acto puede ser negro o rojo, ¿para qué lamentarse antes?. Rueda, deja que todo ruede y no pierdas el tiempo en lamentar tu suerte sino pierde el tiempo en cultivar tu suerte.

Incluso en el fracaso, hay algo que ganar.

miércoles, 15 de septiembre de 2010




Las familias son como cestas de mimbre. Cuando el maestro termina de entrelazar sus finas y perfectas fibras todo guarda una perfecta armonía. El resultado resulta para el ojo un ejercicio de paciencia en busca de captar uno a uno, todos los detalles que configuran el conjunto de hilos individuales pero perfecta y estrechamente relacionados.

Al igual que las cestas de mimbre, las familias con el paso de los años van perdiendo su simetría. Su forma pierde la flexible y a la vez sólida figura quedando reducida a una versión sin patía. Todo aquel que la observe verá una cesta de mimbre pero al mismo tiempo se dará cuenta que lejos de perdurar en su forma digna ha cambiado en algo visible por fuera de manera superficial. Todo aquel que observe puede sospechar que por el interior de cada hebra vegetal algo se ha roto, ha perdido su consistencia.

Las familias con el paso de los años son como esas cestas de mimbre viejas y deshilachadas. Llenas de roces y humedades mal disimuladas. Todos la respetan por lo que representan, por el tiempo que se tardó en darle forma, por lo que guardó en su interior.

Mas ahora está muerta, vacía por dentro. Es una cáscara de nuez apolillada y sin sustancia. Una estrella del rock caída en desgracia de la que todos se acuerdan, a todos hace gracia por que en su época lo fue todo y ahora es tan sólo una vieja cesta abandonada en el mercado.

Cuando el maestro tejedor crea, reproduce una y otra vez el mismo patrón hace lo que sabe hacer. No se sale del guión. Pierde la oportunidad de buscar otras fórmulas que hagan de sus ideas una testaruda prueba de resistencia al tiempo.

Por ello la familia no deja de ser una cesta. Acabará moldeada por los elementos. Perderá su color.

Hay quien prefiere bolsas de plástico o de papel. Hay quienes emplean cajas de cartón pero permítanme decirles que este ejemplo no viene para nada a cuento aunque si les contaré que me quedaré con lo viejo, con la vieja cesta de mimbre a la que daré uso tan sólo en fiestas y momentos especiales, la alejaré de las inclemencias del tiempo. Así, de esta forma, podremos envejecer juntos sin molestarnos e incluso, si me lo permite...acariciarnos de vez en cuando.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Entraré por tu ventana cada día.





Deseo de borrarse…mis personajes se borran en un acto de suicidio colectivo

miran hacia el cielo con la última esperanza

de un ángel caído en la oscura noche de sus actos.

Deseo de borrarse…dejar la hoja en blanco para que otros tracen el margen.

Nadie grita. Están como sentenciados por mi ausencia.

Les pido disculpas. No reconocen mi voz.

El sol no calienta sus manos. Viven en el temor.

Rodeados de plástico y barro crean imágenes de sí mismos

acompañantes en la soledad del eco, en su habitación.

Los señores de la guerra los azotan con tumores de enemigos

del orden desordenado.

Incluso Jesús se pregunta si habrá hecho algo mal.

Incluso el Diablo le pregunta a Jesús si hay algo que pueda hacer.

Deseo de borrarse…mis personajes se inmolan gritando mi nombre.

Miran hacia el cielo prometiendo verme pronto. La esperanza les quita el dolor.

Es lo poco que conservan en esta hora en la que mi mano tiembla

Sin saber qué hacer.

Los amantes se encierran en sus torres de cristal mientras los colgados como

cuervos acuden a sus ventanas dispuestos a reclamar su presa.

La carne fresca tiene un precio que cualquiera puede pagar.

No hay dolor que merezca la pena padecer.

No hay sufrimiento que me honre más que cuando un niño cae, llora y se pone a

correr nuevamente.

Es hora. El llanto ha cesado. Han vuelto a sus habitaciones de ventanas tapiadas

por el miedo.

Mañana les despertaré con rayos de sol a través de los agujeros que los gusanos

han hecho para mí.

Puede que alguno sonría al verme. Puede.

Sucio

Veo tu cara en vez de la suya

Y creo que en la magia, creo en la droga

No tengo esperanza por alcanzar una meta

La fe es una camiseta olvidada

Espero que la vida me dé una patada

Que me ponga en una mesa a tu lado

Veo una cara en vez de la suya

No me siento sucio porque te quiero

Y eso todo lo vence no?

La fe es una camiseta mojada

La droga obra su magia sentado en una mesa

Creo que esconderé la mano que conserva tu sabor

Creo que esconderé la mano de mi boca,

cerraré los ojos para verte
una vez más

Donde todas las buenas intenciones son suficientes para curarme.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Colgando el cuadro





Natural.El alcohol me vuelve tan natural que corro peligro de caer en una reserva, en un espacio protegido. En estos momentos me siento tan libre, tan yo que por un instante desearía quedarme estancado en este estado.
No lo fuerzo. Mi lengua se afila. No disimulo. Soy lo que ves y oyes. Me siento por primera vez a lo largo del día algo humano. Dejo atrás toda armadura oxidada.

Lástima que la noche termine y volvamos a ser personas civilizadas.

Un poco más vivo gracias a tu mezcla perfecta de licores y tradiciones.

Olvido por un instante el sentido del ridículo. Vuelo y te olvido. No hay ya amores prohibidos, dañinos. Me siento libre de toda contra indicación.

Es un momento distinto este que compartimos. No hay dudas ni segundas intenciones. Disfrutamos de lo que nos damos el uno al otro. Gracias. Me siento vivo.
Recupero mi identidad. Hoy has descubierto otra cara oculta que muy pocos podrán algún día imaginar. Gracias. Tengo la nariz dolorida y mi alma en un ascensor sin salida. El botón 0 ocupa el lugar del 1. La llave es la misma para cerrar que para abrir.

Noche de nínfulas y turistas. Noche meiga al fin y al cabo. Necesitamos un buen epitafio para este verano no crees?.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El cielo puede esperar...






Vences nuevamente. Aquí me tienes. Sin aliento en mis labios.
Tengo los ojos hinchados, intento arrancarlos, fracaso
lento.

Vences lentamente. Olvido ofensa tras ofensa. La esperanza todo
lo ciega. Me aferro a ti como el náufrago hundiéndose en lo profundo
del abrazo del mar.Lanza hacia el cielo su mano crispada por la impotencia,
trata de agarrarlo, fracasa
torpe.

Pierdo torpemente el equilibrio. Me entierro en ti y tus sonrisas de hielo que creía
frescas, a menta. Lancé pronto el grito al aire de esta es mi hora
mientras los ángeles terminaban la frase, empujándome hacia el borde
sin sentido.

Porque no logro encontrarte, no te sigo. Te desconozco a cada instante mientras te
esfuerzas en hacerte odiar. Todo es mucho más sencillo, créeme. Tan sólo háblame con despedidas en gerundio, olvidando, ignorando.

Porque nos empeñamos en jugar a vencedores y vencidos. En destrozar nuestras vísceras con esa frialdad que te creía imposible. No quiero luchar por ruinas. La tierra es la misma que mancha mis pies descalzos aquí y allá. Tan sólo cambia lo que plantas en ella. En esta ocasión la semilla es fruto de la desilusión.

Has elegido un camino. Suerte. Yo seguiré el mio. Cuando nos volvamos a encontrar me encontrarás cercano pero ausente, no me seguirás puesto que yo habré volado tan alto como la imaginación alcance. Pues este es mi don, donde no podrás nunca tocarme. La posibilidad de desaparecer entre palabras en mundos tan extraños para ti como el arte de un beso sincero y no costumbrista.

Mujer sirena. Escucho tu voz. Me despojas de la ropa que hace tiempo olvidé en la arena. Vacilo hacia ti un instante mientras la constelación de tus ojos me profetizan un adiós tan frío como el agua que ahora me rodea.
Pues tal vez esa sea la mayor condena para un suplicante de tus atenciones dama caprichosa de hijo alado miope asustado. Fija tu pulso de una vez onanista indomable.

La condena de confinarte a una imagen lejana en un mundo de ilusiones en la que el cielo parece esperar por el fin de la gravedad.

Me dicen que te mate pero no puedo perderte en este momento en el que no hay consuelo. Me dicen que te olvide pero no puedo olvidarte sin cerrar mi pena antes. Me dicen que te calle pero es tu silencio lo que todavía arde mientras mis alas lo avivan al llegar la noche.

Pretendí suicidarte pero diste aire a mis dedos sobre teselas blancas llenas de juegos de palabras. Fui secuestrado por mandato de tu indiferencia, a cada día, más descarada, por otro lado, deseada pues era algo mejor que la nada o eso creía.

Terminé por follarte nueva, lenta y torpemente o eso me dijeron, tengo tu regalo aquí abandonado, se ríe a cada mañana de mi nueva, lenta y torpe forma de amarte en silencio.

He vuelto. Soy yo de nuevo. El turista emocional viajando hacia el sur donde el cielo todavía espera encontrarse con nosotros, con otra sonrisa, para mi la primera desde hace varias vidas pasadas dentro de una espiral.

Mientras me sumerjo en este oscuro lecho de sal y algas apareces con tus escamas de nácar, burlona distante bufona del azar y las señales. Agarras la mano que señala hacia el cielo, la sumerges despacio mientras me dices..."el cielo puede esperar...".

Cerré los ojos.Hasta aquí turista. Fin. Ahora bien, no entendí si dijo te o me

lunes, 6 de septiembre de 2010

Caídos

Cuando no esperas nada de la vida esta te satura de experiencias para las cuales no sueles estar preparado. Nuestro cerebro es un músculo menos flexible de lo que creemos. Por suerte suelo hacer mucho ejercicio sacrificando horas de sueño en el empeño.

Regresaba de un largo día de trabajo en el que tuve tiempo para compartir cotilleo con ex compañeros al tiempo que retomaba una vieja amistad perdida desde hacía meses por diferentes compromisos sociales. Ha sido un día raro en el que mi sonrisa apenas se desdibujaba salvo cuando tu sombra aparecía por el horizonte.
Es inevitable. Estarás presente toda mi vida como una cicatriz en el rostro. Compartirás campo de juego con otras por supuesto pero tal vez seas diferente al resto. Fue una herida no buscada.

Camino a casa a eso de las once de la noche me encuentro a dos hombres tirados en medio de la acera. Están borrachos. Los delata una botella de vino vacía tirada. Deben tener unos 40 años. Uno es rubio de ojos claros con cara de niño maltratado mientras que el otro moreno de barba desaliñada tiene un extraño brillo en su mirada. Sin apenas esfuerzo el moreno le quita una chaqueta raída y la arroja a la calle por la que coches de conductores atónitos pasan más despacio de lo normal.

A la chaqueta le sucede una camiseta blanca llena de manchas a vino o yo que sé. No hay resistencia, más bien silenciosa y contenida complicidad.
Todo ocurre en cuestión de segundos interminables para mi. Nuevamente el tiempo se convierte en chicle. Toda la ropa se amontona en medio de la calle. Los coches no pueden hacer otra cosa que atropellarla.

Los veo transcender. La ropa es una cáscara vacía. Nosotros somos incapaces de tocarles ya. Están viviendo y nosotros somos meros espectadores. Reanudo el paso. Les dejo solos mientras la mano del rubio empieza a buscar a tientas por dentro del pantalón del moreno de mirada esquiva. Se funden en un beso cargado de recuerdos. Sus alientos se amplifican por encima de motores y miradas escandalizadas. Cada vez me escandaliza más el vecino del 4º y del 2º con su mirada cargada de deseo mal disimulado. Cada vez me escandaliza más la cara de asco del infiel desdibujado a pie de su familia perfecta. Cada vez me asquea más las vidas atropelladas por el sistema y es que no me puedo bajar de él sin poner en riesgo mi cena.

Sonrío al dejarlos atrás. Tal vez no se acuerden de nada mañana al caer en el letargo de la desesperanza. El amanecer en un calabozo no suele ser muy digestivo. Me pregunto porque sonrío y me descubro envidiandoles. Son libres en su abrazo, en sus besos sin etiquetas, en sus bocas lamiendo las heridas del día, libres en un sexo sin más medida que el otro.

Algunos seres exclaman vergüenza, escándalo, hijos de puta lascivos...

Siento que algo no está bien. Apuro el paso. Lo extraño para unos es ver a dos hombres borrachos, sin hogar, abandonados a sus promesas de amor enterradas hace ya tiempo, resucitadas como Lázaro. Para otros es el escenario elegido por el vino.

Para mi, algo distinto. Nadie habla de sexo sino de obsceno esto o aquello. Nadie habla de amor sino de locura y enfermos.

Yo te hablo de enfermos por aquellos que atropellan ropas vacías con su fría mirada de lascivia contenida. Yo te hablo de enfermos aquellos que pronuncian nombres demasiado "altos" para su lengua viperina amante de infantes. Yo te hablo de máquinas de carne y hueso que vomitan normas para las normas, normas solo para la gente de la calle. Te hablo de los hipócritas de camisas brillantes amantes de discursos, de estribillos pegadizos, hipnotizantes. Te hablo de nosotros, de vosotros...de cualquiera salvo a estos dos ángeles caídos fuera del sistema por suerte, en esta noche sin vela para ellos.


sábado, 4 de septiembre de 2010





Tú que derrites el hielo...
¿serás capaz de amar en un glaciar?

Aliento




El humo se escapaba por su boca. Entre lágrimas, la verdad supuraba lenta y cruelmente. Se vino abajo, no aguantó más. Fui cómplice. Olvidé la sutileza y la retórica. Mis palabras iban directamente dirigidas a su lóbulo frontal. Sin adornos le dibujé y desdibujé. Hice que sus demonios interiores le desgarraran la piel.
Pedí disculpas. “Tenía que hacerlo” le susurré. Si tenemos que hundirnos que sea con todo el peso del mundo para asegurarnos que tocamos fondo realmente. Luego, lo que quede, será ascender.

Apesto a humo. Estoy quemado. Nunca le di una calada a nada salvo a dedos de uñas rojas.

El alquitrán y toda esa mierda que adorna el cigarro que sostiene nerviosamente en sus dedos que bien podrían ser un muestrario de pollas, se pega a mi ropa. Tengo mis drogas particulares que me proporcionan la independencia necesaria para ser feliz por un instante. Tengo hilo imaginario suficiente para tejer mil finales distintos.
Bowie suena en la radio. Es una buena banda sonora para este momento en el que a solas, tú y yo nos sumergimos en un abrazo. Compartimos miserias, las hacemos nuestras aunque a ti te duela más que a mí. No es una cuestión de ser más o menos “hombre”. Tengo callo. He vivido cientos de finales distintos. Me quedan otros cientos para aprender a clasificar las piedras. El viaje será largo, te lo aviso. Pero el tiempo es nuestro principal aliado aunque no te calme el dolor que sientes. Déjame compartirlo.

Cuando las horas corren sin dejarme su marca, cuando todo deja de ser relativo para ser un absoluto. Cuando nos sorprendemos a estas horas arreglándonos unos, sonriéndonos cariñosamente otros, creo en los milagros. Tienes un don. Eres un milagro. Siento que el mundo deja de latir un rato para escucharnos atentos y darnos una segunda oportunidad.

En algún momento, cuando menos te lo esperes colgarás tus ropajes grises. Tomarás decisiones. Nunca te equivocas, no lo olvides. Cuando aprietas el mechero del coche sabes que tu salud se quema al mismo tiempo, sin embargo sopesas pros y contras venciendo aquella opción, que consideras idónea.
Podemos arrepentirnos de tantas cosas por sus consecuencias, por un cálculo mal realizado, por dejarse un cable pelado, por no medir la debida distancia de seguridad. En definitiva, por fallos humanos. No me verás amigo, arrepentirme por sentir dudas o dudar de mi sentir.

Bien distinto es asumir las consecuencias y seguir despacio fumando este trozo de vida que a la postre, no dura tanto.

Déjame compartir contigo ese cigarro. Es amargo. Abres otra cajetilla. Coges uno al azar. No te preocupa su nombre ni su aspecto sino lo que lleva dentro. Nos hace respirar con mayor facilidad.

Nos reímos sin sentido. Saboreas el momento.

Mañana te llamo y vemos que hacemos- rompo el silencio. ¿Perdernos? -preguntas. Es una buena idea si no fuera porque ya estamos algo perdidos -respondo sarcástico.

Me devuelves otra sonrisa.

Pues tendremos que encontrarnos.Tiras la colilla. Enciendes el coche.

En eso mismo estaba pensando.

Bowie deja paso a “Suspicious minds” de Elvis. Buen tema para retirarse de esta batalla. Pensaré en mi táctica para mañana.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Dentro de ti





Las dudas son tales que no te dejan pensar ni respirar
La fe es una cuestión de fe y ya no mueve montañas
Y si volverá a ti alguna vez, y si volviera a ti alguna vez.

Tienes que despertarte y caminar por el camino de plata
Tienes que despertarte y volver a soñar en algo importante
Tienes que despertarte y ser de nuevo…un corazón fuerte.
Dejando atrás las memorias, dejando atrás la melancolía.
Despierta.

Miro hacia atrás y me recuerdo siendo un niño con recuerdos de oro
Y sueños de esperanza
El primer amor, el último, la primera piedra sin dientes para tragarla
Nos hacemos fuertes sin perder el camino de plata

Tienes que despertarte y caminar por el camino de plata
Tienes que despertarte y volver a soñar en algo importante
Tienes que despertarte y ser de nuevo…un corazón fuerte.
Dejando atrás las memorias, dejando atrás la melancolía.
Despierta.

Contemplas el mundo desde lo alto de la montaña
Y te sientes fuera…dentro de ti
La esperanza es tal que apenas te deja respirar,
Mientras te fumas la paciencia en pequeños latidos.

Tienes que gritar y caminar por el camino de plata
Tienes que luchar y volver a ser fiel a ti mismo
Tienes que despertarte y ser de nuevo un corazón fuerte
Dejando atrás los recuerdos, dejando atrás las palabras
Despierto.

martes, 31 de agosto de 2010

Perros perdidos





Somos perros perdidos caminando por la calle sudorosa

Llenas de perros perdidos como nosotros, cada uno tiene su historia

Nuestras lenguas sedientas, el polvo nos ciega

Caminamos a tientas siguiendo su aroma

La calle es una gran vagina en la que nos adentramos

En el calor de la noche, nos espera y sonreímos

Los perros perdidos tienen su casa en ella

No pregunta tu nombre, tan solo te acoge

Ella es buena, te acuna en la noche

Y te protege de la gente durante el sol

Somos perros perdidos caminando sin destino

Nuestro mal es el tuyo. Esta calurosa noche

Hemos perdido.

Nuestros corazones gritan nuestra vergüenza

No nos importa. Nos sentimos vivos.

Ella nos acoge. Duerme nuestra pena

Nos dice hasta mañana sin juegos ni orgullos heridos.

La calle con sus luces me recuerda al brillo de sus ojos.

Los llevo tatuados en mis brazos. Cada día que te abrazo

Al sentirme perdido.

Azar





El azar no es casual. Todo depende del lado de la moneda que eches a rodar. La fuerza e intensidad de tus dedos al hacerla girar harán que el drama dure más o menos pero al final...nada es casual.

La moneda terminará mirando con esos ojos claros, como de niño hacia el cielo, reflejando el brillo de otros ojos, lejanos que sonríen.

Cuando tiras una moneda al aire no depende de la casualidad. El empuje de tus dedos al lanzarla hacia arriba junto con el lado elegido determinarán hacia dónde se decantará el destino. Nosotros intervenimos no lo dudes amigo.

Ahora bien. Hay cosas que se escapan a mi juicio. Nunca entenderé el azar en playas masificadas de turismo. No puedo entenderlo pero creo haber percibido un brillo sonriente...

domingo, 29 de agosto de 2010

Rojo, verde, ámbar.




Anoche creo que te comenté algo sobre la traicionera beatitud de las horas oscuras en las que presos del más denso alcohol, nos volvemos ajenos a nosotros mismos. Extraños para nuestras neuronas espejo.

Esta noche ha sido continuidad de la anterior. Si cabe, hemos atado más cabos. Lo primero es contar las sonrisas que nos hemos encontrado. He respondido con mi mejor repertorio y en algunos casos, amansado a fieras.

En otros, sólo he encontrado el frío yermo de un tirano venido a menos con el paso de los años. Uno de esos seres estancos, estancados, estampados en serie, estatutarios, estratificados al mismo lema, estalinizados por su mera presencia, seres de estraperlo, lo dicho. No me siento dolido por ello. He sonreído lo mejor posible coherentemente a mis deseos de verte. En ocasiones logro arrancar algo de ti, con ello me basta. Lo demás no vale nada si no lleva tu olor.

Puede ser que hacerse viejo sea algo inevitable, puede ser, más si hacerlo es sinónimo de perder trozos de ti, lastres más o menos pesados debería discutirlo con el que pone el sello a nuestras partidas de nacimiento.

Asumo que llevo muchos años de sereno envejecimiento soltando anclas oxidadas. Creo que es algo que venimos compartiendo últimamente. La oferta de defunciones no es la misma que la demanda de nacimientos. Puede que aparezcas en mi vida como un semáforo en ámbar, intermitente, con múltiples caras y rarezas mal disimuladas. No me importa. Me encantás.

Puede que tú desaparezcas de mi vida como un semáforo en rojo, estático, con una misma cara de inflexible rectitud de ideales que te sirven para justificar todo, incluso la ausencia de cariño en tus caricias verbales. No podré impedirlo. Partirás.
Puede que aparezcas en mi vida como un semáforo en verde, sonriente de labios rojos, con una mirada tan convincente que hasta la justicia se quitaría la venda para verte. Completamente parcial. No es un delirio. Llegará.

Mientras mis augurios se ponen de acuerdo, llega el momento de regresar a la vigilia del sueño. No distingo ya si fuiste o eres real. La niebla de las culpas ocultan los restos.

Volvemos a puerto. La noche es agresiva. Puede que haya algún muerto. Evitamos males mayores. Me gritan que me aparte. No pienso evitarlo. La gente está demasiado borracha. Podré esquivarlo pero tú amigo, no quiero verte caer. Fíjate en mí. La frialdad vale para algo aunque sudes vinagre y tu aliento sea ginebra.
Déjame llevarte a casa. Te pondré a salvo. Volvemos a dónde nadie puede tocarte. Este puerto y refugio dónde espero encontrarte aunque sea la estela de tu paso, aunque seas ámbar en mis manos.

sábado, 28 de agosto de 2010

Telón y us






El telón se baja con nuestras zapatillas viejas usadas llenas de polvo. La noche todavía aguarda. No es tarde para irse a dormir susurras. Nunca te hago caso, no insistas. Déjame en esta esquina. Todavía tengo algo que hacer. La noche todavía aguarda. La verdad es que nunca termina. Mis ojos están acostumbrados a ella. Por ello cada vez que veo una luz de neón me quemo como una polilla.

No hay nadie por las calles por las que suelo habitar. El alcohol se confunde con regueros de orines. Huele a viernes. Es tal vez demasiado tarde para empezar e incluso arrepentirse. Queda lo que queda, lo que puedes contemplar. Todo lo demás no existe. Es la magia de la palabra.

Los grupos repiten las mismas rutinas de cada semana. Los mismos locales, la misma música. No hay quien cambie esta dinámica. Nos sentimos seguros en ella. Bebemos las mismas cosas en casi idénticas cantidades. Sonríes a las mismas personas pues es la costumbre. De vez en cuando hay algún cambio aunque estamos demasiado perdidos para encontrarlo.
Entro en uno de esos mismos locales. Estamos los de siempre. No me sorprende. Soy recibido como un jefe de estado, con el himno que “Nadie sabe”. Inconfundible ese bajo ronco, casi colocado que repite una y otra vez…”nadie sabe”. Me animo. Pido una cerveza. La gente saluda de manera sincera o no. Me importa poco la verdad a estas horas de mi vida. La sinceridad es un arte que pocos comparten, el mundo carece de artistas y sobra de cobardes.

Entablas conversación conmigo o yo contigo. Veo para el espejo, no estás. Será cosa del cansancio, suena “Where is my mind” y sonrío, sonríes. Vivimos tiempos extraños pronuncias. Tengo ganas de gritarte pero me contengo como casi siempre. Me pregunto cómo sería el mundo si dejase de ser extraño. Qué sería de ti y de mí. A quien le pediría un poco de aire, a quien besarías en silencio lleno de cómplices. ¿Cómo nos engañaríamos con tantas buenas intenciones?
Me doy cuenta de que estoy rodeado de ellas. Incluso yo mismo soy un proyecto lleno de ellas. El único problema es que he agotado mis noches de “promesas” . Esta concretamente es una continuación de ayer y anteayer. Caída en picado. Me preguntas si me pasa algo. Sabes que me gusta volar te susurro despacio, de esa forma que te obliga a acercarte un poco más, demasiado cerca para echarte atrás. Te cuento un secreto de buen amigo. No quiero hacerte daño. Te suplico un “lo siento” mientras me miras despacio. Asientes. Pareces relajado. Me pones una mano en el hombro y me dices, gracias. Me siento aliviado. Puedo seguir mi camino, me has liberado. Al mismo tiempo, me acerco un poco más a ti.

De todas formas insistes en tu pregunta e insisto en mis respuestas. Sabes, amigo, que me gusta volar.

A los Pixies le sucede Smashing Pumpkins, 1979, noche melancólica parece, todas esas canciones me recuerdan tanto que necesito parar. Cierro los ojos por un instante. Las imágenes me sacuden. Cientos de caras, risas, miradas, algunas cercanas, otras fingidas en la oscuridad donde solía encontrarte.
Siento un empujón. Eh! Vamos! Me gritas. Hora de cambio.
Vivo con ese lema en el papel higiénico. Hora de cambio.

El panorama empeora. Con lo bien que estaba dentro de mi cueva sonora. En la calle las masturbaciones son en masa. El porno es una proclama en cada sonrisa mal dibujada.

Entramos por turnos. La boca del infierno le llamas. Campo de nabos nos dice el portero. Gracias por el aviso “meu” le contesto. No tengo el cuerpo para incendios y más últimamente con el tipo de riego al que lo someto. Suena Red Hot, más viaje en el tiempo, pero no lo suficiente me digo pellizcando el pulgar por si fuera un sueño. Pido un agua. El camarero me mira extraño. Un agua por favor repito. Es el mar muerto, flotamos como podemos conviviendo tiburones con salmones.
Alguien ajeno me sonríe. Quiere vacilar. Sí que es raro venir a este antro y pedirse un agua, pronuncia seseante. Si la tienen es para vender respondo con un tono neutro. Empiezo a calentarme. Ya! Insiste el ajeno, pero es extraño y tiene huevos que pidas un agua en este garito. No sé qué perra le ha entrado a este tipo así que hago gala de mis habilidades diplomáticas en decadencia últimamente para espetarle. Lo importante “meu” es estar y no lo que bebes. Parece que lo entiende cosa que me sorprende dadas las horas que son. Me deja tranquilo. Paz firmada.

Me señalas con un dedo. La boca del infierno le llamas. Ahora lo entiendo. La gente tiene la cara desfigurada, descolocada. Estamos en el interior de lo abstracto. Eso es algo que a menudo vivimos. Nunca me ha gustado, te digo. El qué preguntas. Lo absurdo y lo abstracto.
¿A qué te refieres? Curioseas.
A lo absurdo del aviso del portero, a lo abstracto de buscar los consuelos que nos hacen dormir despiertos. A lo absurdo de este amigo tuyo cansino y borracho. A lo abstracto del deseo y los sueños desdibujados. Respondo pausado.
Es cosa de la neblina de este antro respondes. Puede ser susurro para mis adentros no muy convencido, puede ser.

Decido irme. Ha sido suficiente. Siempre lo es hasta que me hago daño. No necesito más dosis de realidad encapsulada ni palabras camufladas, ni llamadas no contestadas. Creo que ha sido suficiente por una larga temporada. Tengo la inspiración suficiente. He bebido tanto de su sangre como para alejar al blanco del papel.
Sonríes. Sabes lo que pienso más no lo que siento. Es mi ventaja sobre ti. ¿Tienes lo que has venido a buscar? Preguntas irónico.

Sí, nada más entrar la vi. Ella nunca se esconde. La tengo siempre en mi cabeza.
Rompes a reír mientras que irónico te contesto. Es lo que vas a cantar.
El telón se baja más no para mis ojos que te buscarán siempre, aunque no puedas verme.

martes, 24 de agosto de 2010

VII




Tengo tus ojos sobre las palmas de mis manos
trato de cerrarlas, ocultarlos de la luz
La marea nos arrastra, perdemos todo calor
mientras nuestro cuerpo pide calma
mientras nuestro cuerpo se desarma
con una simple sonrisa
el mundo se acompasa
sin prisas, sientes la punzada
el tiempo llega a su fin
es una costumbre tuya, no lo dudes
eres experto en sí.

Tengo tus ojos brillantes flotando sobre
las palmas de mi mano
la línea del horizonte es mi meta
tu ya estás sobre ella
lejos, tan lejos que me duele
tan lejos que ya he perdido
sin haber salido a por ti.

Tengo tus ojos sobre las yemas de mis dedos
dentro de ti, cosido a ellos experimento
la alegría no es cosa de niños
ellos juegan con la inocencia
mientras nosotros jugamos en ella.
Aprende rápido me gritas. No tenemos tanto tiempo.
Dame una patada.
Despiértame de este lado del mundo
dónde nadamos en nubes de cielos alquitranados.

Tengo tus ojos sobre mis labios cerrados.
dentro de ti, fuera de mi...
la verdad es dura por más que la endulzas
con palabras llenas de ternura.
Estás tan lejos que apenas las escucho.
Estás tan lejos que apenas te escucho.
Dame una patada.

Hazme sentirte real. Las monedas bailan
al caer de nuestros bolsillos con agujeros.
Nadie me avisó del peso de mis huesos
nadie me avisó del peso de mis gestos
y ahora, en esta momento, el viento me empuja
hacia la orilla desde donde
te podré contemplar.

lunes, 23 de agosto de 2010

El hombre cuchara






Sostengo una antigua cuchara entre mis dedos. La encontré de casualidad entre restos de vidas pasadas. Pequeños tesoros olvidados a conciencia. "Imagino su cara dentro de 50 años. - pensó, quizás mi abuela".

La cantidad de historias que ha paladeado esta cuchara podría llenar estanterías con infinidad de pequeños retazos de la vida de personas anónimas en el tiempo. Esta cuchara si hablase sería la musa de cualquier escritor, director, guionista. Sin embargo está haciendo malabarismos sobre mis dedos mientras observo atento sus detalles.

Creo percibir algo, un pequeño zumbido. Creo que quiere decirme algo. Espera, tiene una historia que contarme.

Cada pedazo de ti en mí. Te he visto nacer y te he visto morir cientos de veces y tan sólo ahora, por un extraño capricho, decides escuchar. - comienza a susurrarme.
Hace años una persona tan sabia como imprudente me dijo lo siguiente: “El secreto de la felicidad radica en saber disfrutar del momento en el momento adecuado “.

Estas cucharas están llenas de vida. Eso me recuerda que tengo un tazón enorme de cereales esperando por mí a estas horas. Voy a saborear un poco del presente con cierto toque a pasado pensando en mañana como un día en el que la luz me permita darle la razón a ese "hermano".

martes, 17 de agosto de 2010

Clint, invita a otra ronda, haz el favor.




Se hace tarde mientras balbuceo sin parar “lo siento”.

Las horas se condensan. Estamos en un bunker de tiempo.

Paredes decoradas. Clint nos observa y no dice nada.

No hay oportunidad. Dilato la copa. No necesito más.

Desconozco si fuera es Otoño o Invierno.

Aquí dentro nada importa. Una mesa y una figura que

nos observa con dioptrías aumentadas.

Señales, cambia de tema. El árbol cae entre sonrisas.

Sin hora. No seré esclavo del tiempo

Aquí dentro, protegido. Sin hambre y sed.

Esto es la magia. Percibe el momento.

Todo es diferente si lo pronuncia tu boca.

Eso es magia. Descubres entre silencios.

Todo es distinto si lo calla tu boca.

lunes, 16 de agosto de 2010




De vez en cuando me gusta perderme. Olvidarme de todo e incluso imaginarme alguien diferente. Cuando tengo la oportunidad me retiro del frente. Me alejo de ti e incluso de mí. Huyo por caminos polvorientos en las que tan solo me acompaña el viento y algún perro palleiro, perdido como yo.

La sensación de paz que obtengo en medio del bosque, en la naturaleza viva es única, gratuita. Allí no hay deudas. Eres tú con tus miserias, con tus sueños con tus eslabones.

Allí no debería alcanzarnos ningún cobrador, mis rodillas bien sujetas. No debería tener acceso a esta droga que ahora todo lo domina y controla que es el wifi. En vez de árboles, mi caminata discurre entre millones de videos, música, libros...gritos de auxilio y demasiadas fe de erratas.

Intento escapar de vez en cuando a tanto ruido para poner en orden todas las verdades que trato de ocultar pero esta vez no he podido conseguirlo.
Ante mi la desolación de un monte quemado, de centenares de animales quemados, de vidas quemadas, pero no los vídeos, la música y los gritos de auxilio que flotan en el aire a mi alrededor.

Me quedo sin aliento. No lo entiendo. No puedo creer en tanta miseria humana. Nos roban la poca libertad que queda, normas por todas partes. Y ahora, ni respirar sin ahogarme.

Todo lo que me rodea rezuma sangre negra, intento disculparme pero es tarde ya.
El perro que me acompaña no deja de tirar de mi pantalón. - ¡Vamos! me suplica. Pero me quedo paralizado, horrorizado. Nos morimos de hambre, tenemos un agujero negro en nuestro interior. Cada llama, cada vida quemada es un grito de vacío que nadie escucha por qué no está colgado. Vivimos bajo sospecha de criminales en potencia. No habrá cura para el síntoma sin entender que vivimos en una tierra quemada urbanizable. Las personas son también inmuebles amueblados o no en régimen de alquiler. Sólo tienes que conectarte mientras caminas por este erial en el que perdemos cada día una excusa para sentirnos realmente libres por un instante.

Sol que desangra





Insomne, me das el sueño
que me hace respirar.
Palabras de color
rojo transparente.
El reloj se atraganta
mientras mi pulso se delata.

Te quiero beber la sangre
ocultar las huellas de impostoras
imitadoras de tu sabor cobre
que trato de dibujar despierto.
Toca la hora de las campanadas
párpados pesados como telones
misma mirada mal disimulada.

Te quiero beber la sangre
ocultar mis daños de impostores
imitadores de vinilo
uñas como agujas
¿el silencio? no va contigo
pero cuando te observo
perdoname...olvido lo que digo
sufro de mudismo ante tus venas
y eso que escribo lo que te vivo.
Te quiero beber la sangre
sin temor a quemarte
que para mi ya es tarde
el sueño me evita cuando
dejo de respirarte.

Insomne, me das el sueño
mitifico tu fe
sin montañas, más bien
colinas perfiladas
de azules radiantes
un punto rojo intenso
a punto de girar ante el
universo que nos observa
a ti y a mi...vacilantes.

sábado, 14 de agosto de 2010

DICE




Tengo una extraña sensación en el estómago
la esperanza es mi aliada esta noche
Boca abajo todo fluye más rápido
y no sé en dónde acabaré, en que cuneta
con que nombre anónimo
tatuado ante mis cejas.

Tengo una extraña pareja de unos
que me miran, me desafían
la fe mueve montañas, creo en ti, esta noche.

Esta noche sonreiré a pesar de mis errores
porque te veo sonreír
y olvido lo que el dado dice.

En la noche, luz.





Hoy me he destruido un poco más.
Veo danzando ante mí a conejos sin chistera
el tiempo se condensa en esta caldera de tipos extraños
te busco mi buena estrella, baldosas blancas y negras
he saboreado tantas veces este momento que me niego a que
no sea diferente.

Hoy me he destruido un poco más.
Donde todo empieza o termina
encuentro restos de antiguas batallas.
Las palabras se dejan caer pesadas por mi lengua de sal.

Mi buena estrella se apaga.
Hoy más que nunca he descubierto una nueva verdad.
Perro viejo. Te dejas caer con facilidad.

Espero a que algo cambie sin saber lo que.
Tira los dados. Las noches de verano son para dejarse caer.
Mira hacia el cielo. Vuelve a creer.

viernes, 13 de agosto de 2010

Estampados callejeros




Suelo quedarme dormido en los pasos de peatones observando cientos de gestos, cientos de vidas truncadas, a triunfadores y violadores conversos. En esos momentos de trance el tiempo se para...olvido el motivo de ponerme un vestido. En la calle no se ve a nadie desnudo pero la calle nos desnuda hasta el tuétano.
En esas estaba cuando vi a una señora con un vestido azul estampado de flores negras, creo que lirios. Llevaba un carrito color borgoña de la compra...se notaba vacío. Hace calor, demasiado para mi nariz reseca que chorrea sin conocer el significado de las papelas, chorrea como la que más salvo que son las 9 de la mañana. Hace calor, ya lo he dicho, lo sé, pero quiero que quede claro que odio el calor tanto como ponerme ropa. La ropa nos etiqueta, nos adorna. Eso lo entiendo pero también nos separa. También los coches, la música, la comida, todo tiene un acento unificador o no...todo sirve para colocarnos en la colmena que habitamos.

Esto me hace recordar muchos momentos en los que adoraba las mañanas en las que lenta, casi ceremonialmente, se vestía con una rutina insultantemente provocadora. A medida que su piel iba escondiéndose tras capas y capas de algodón y tejidos posiblemente de China, yo sonreía desde la cama, ajeno a las obligaciones del día, cada pedazo de tela que se ponía me daba una excusa para quitársela. Ella lo sospechaba al mirar mi cara...no me molestaba mucho en disimularlo. Quería que se quedase un poco más. Ella era demasiado responsable mientras que yo un niño con zapatos grandes con una terrible imaginación. No me quedaba otra que levantarme y maldecir que no fuese viernes por la tarde.

Pero volvamos a la escena de antes, aquella en la que aparecía una señora con su carrito.
Noté que le costaba caminar. Cojeaba. Tenía el pelo muy largo, caía sobre su espalda hasta llegar casi a su cintura. Estaba un poco estropeado. Las manos hinchadas, uñas hace tiempo olvidadas y sus labios, torcidos, apenas contenían sangre.
Estaba desencajada. Le costaba vivir. Su rostro me dijo que cuando tenía 5 años ayudaba a su madre en todas las tareas de la casa. No pudo ir a la escuela. La tenía vedada. Era la mayor y su madre enferma de tuberculosis apenas podía llegar a la noche sin verse arrastrada. Puede contar con los dedos de sus manos las ocasiones en las que se sintió feliz. Perdió su sonrisa demasiado pronto. Apenas nació, dejó de ser niña. Su vida me dijo, le fue marcada desde el comienzo. Condenada a no salir de la colmena en la que se vio atrapada. Nunca gritó. Los gritos eran la norma y esa, su única protesta.

Salí de mi letargo a golpe de pitidos estridentes de personas todavía más estridentes. Tenía ganas de dar marcha atrás y montarla gorda. Diría que fue una equivocación. ¿Quién no se equivoca hoy en día? Sería un gran cínico. Un poco más cerca de la cima del triunfador. En ocasiones no puedo evitar la ira que me infunden ciertas personas que campan por el mundo como señores feudales...pitando y gritando: Tengo prisa no ves que me estoy cagando!?. Olvido que solo van al baño una vez a la semana, por ello, esa cara siempre tan agria.

Antes de salir de ahí pude ver a la señora del vestido estampado mirar hacia atrás. Le costaba respirar. Hoy llegaría a casa contándole a su marido ajeno a todo salvo su rabo, que un chico con aspecto descuidado se lió a golpes en un semáforo, todo loco, casi enajenado.

Sonrío al imaginar la escena. No iba muy desencaminada.

La calle está llena de ropa usada y tirada por los suelos. Muchos nos desnudamos voluntariamente. Otros son despojados de todo menos sus miserias y los que como yo, habitamos en cavernas...pasamos casi de puntillas por ella, por obligación e inspiración, sin apenas dejar huella.

jueves, 12 de agosto de 2010

1:12

Mierda...hoy tenía que ser un día normal...y sin embargo...brindaré por ti...

Quería tenerte cerca...un día normal...y sin embargo...te dejaré atrás...

Finalmente...todo terminará aquí.

Mierda...hoy sólo quería estar un poco más cerca...

Apago las luces...

Descansa bien...descansa

Dime que es lo que se siente...

sábado, 7 de agosto de 2010

Lates despacio y sonrío.



No es casual esta noche
ni el encuentro
ni los fantasmas están tan muertos

No es casual la medalla en mi mano
San Antonio le llaman
ni volverte a perder
si es que alguna vez tuve
del verbo poseer.

No creo ya en nada
ni la fortuna me engaña
cuando vives tan cerca
yo sin saberlo presa
de mis propias telas de araña.

Intercambias sonrisas
las recuerdo bien
tatuadas en mis brazos
mi espalda te sirvió también
Cuando el tiempo era todavía
temprano
para volver a caer
regreso o no a mi cueva
sin leyes ni rey.

Todo late despacio
buena señal
curado.
Todo late acompasado
buena señal
cerramos.

Las vacaciones son extrañas
mi mente nunca la encuentra
la paz es capital y no un estado
del que parezco vagabundo
o turista según entiendas
Más permíteme una ofensa
te odio si es que siento
su significado
me odio pues aprendí a seguir
tu rastro
a pesar de querer
dejarlo.

Cerramos, buena señal.
Las vacaciones te encuentran
con seres lejanos.
Y yo termino cerrando la noche
de fantasmas y medallas en mi mano.

jueves, 5 de agosto de 2010

Acidez de estómago





Estómagos repletos de hojas
su tinta es mi sangre
mis dientes el acento
su mensaje...no lo recuerdo.

Aquello que tanto, que tanto...
olvídalo!
sabores amargos, escupe el talento
con unos cuantos te vendes
mientras el agua corre libre
para ti y para mi
el firmamento arde, esta noche,
esta noche el vacío vence
y puede ser que...se quede.

Estómagos repletos de amantes
Ellas gritan amarte!
mientras, les contesto lentamente...no puedes...no sé
donde encontrarme.
Tenemos alas...!
Sonrío...hace tiempo que mis pies
se arrastran por el limo.

Estómagos repletos de daños
todos colaterales, iguales en sangre
mi trazo la bala
su mensaje...ya es tarde.

miércoles, 4 de agosto de 2010




Recuerda amiga la deuda

el plazo termina

no queda cera ni mecha

Recuerda amiga la deuda

la polilla se ceba

con la mantequilla de mis neuras

Recuerda amiga tu deuda

dejaste tanto atrás

el vino era tu boca

Recuerda amiga tu deuda

no preguntaré más

ni buscaré más

pero recuerda amiga

la deuda, la puerta

y nuestras ausencias

dilatadas como pupilas

entre tú y yo, sin espacios

atrapando el tiempo

se quema entre nuestras promesas

que otra vez volveremos a creer.

Si nos volvemos a encontrar...

me sonreirás como siempre has hecho...

pedirás perdón como siempre has hecho...

te reiré como siempre he hecho...

me rendiré como una vez prometí

no hacerlo.

Recuerda amiga tu deuda...

haz lo mejor que sabes hacer

vete sin pagar, vomita la cena

sonríeme como sólo tú sabes

y tal vez te abandone sin más prisas

sin más urgencias

lunes, 2 de agosto de 2010

Quémame






Tengo el corazón ahogado, inflado de veneno

nado en lo negativo, sin imanes ni polos opuestos

escupo más de lo que te pido, quédate esta noche

conmigo.

Perro herido, meto los dedos en la herida

mis gritos son silenciados en la garganta

las manos me aprietan mientras las sábanas

se rompen de tanto prometerles

quédate esta noche conmigo.

Perdido, en la noche, perdido en el ruido

me trago medio litro, enciendo la cerilla

y te digo...

quema, un segundo...todos se han ido

párpados pegados, luces fuera

sigues ahí? te siento cerca

humedades entre mis dedos

mi boca pide "sed".
el mundo es un siniestro silbido

por eso te pido...quédate esta noche

conmigo

domingo, 1 de agosto de 2010

Quemarte!!






A orillas del mar, el viento arrastra las palabras

hueles a añejo, balas quemadas

otra baza mal jugada.

rezos silenciosos contra el muro de las verguenzas

Seré sincero por un día.

Mañana volveré a pecar.

Cartel de "no tocar"

saldos por cualquier parte

no sé lo que es amar te.

Seré sincero por una noche.

Quemar y quemarte al instante

distancias, solía consolarte

la idea queda atrás

olvidarte.

sábado, 31 de julio de 2010

Quema!!






Quema la memoria.

Apuro la copa. No me siento triunfador.

Apaga los recuerdos.

Apegos que no volverán a ser nuestros.

Hoy dormiré siendo sincero.

Me muero.

miércoles, 28 de julio de 2010

Espacios






No me gusta compartir espacios privados con personas públicas. Me siento invadido por sus discursos tan predecibles que me dan ganas de invitarles a saltar del coche mientras alcanzo los 120 km.

Existen patrones que se repiten en las personas con las que me suelo encontrar. Desde prepotentes pequeños hombres que visten uniformes hasta cuando tienen su ración semanal de sexo rutinario y anodino hasta aquellos beatos cuyas vidas tienen un número de móvil asociado. La vida de la familia para el domingo y fiestas de guardar. El resto de la semana para salivar.

Parece ser lo normal y común para los mortales. Por suerte alguno se tira en marcha y le pierdo la pista.

Por desgracia, creo que me encontraré con otros muchos seres parecidos en este baile de disfraces en el que me encuentro.

No me gusta compartir mi espacio vital con seres ajenos a mi credo. Al final cedo y tomo algo con ellos. Intercambia sus comentarios sexistas mientras le respondo con silencios tensos y una mínima sonrisa de medio lado. Es la única tregua que le doy.
Se cree que eso es ya un adelante! y se lanza como un kamikaze a detallarme sus lindezas y miserias. Le dejo. Necesito de su arte para sentarme aquí y contártelo una vez más.

No me gusta compartir mi espacio vital a no ser que tengas algo bueno que aportarme.

Por desgracia...por muchos anillos dorados mordorianos que te pongas, seguirás siendo un amigo de lo ajeno, sea bien material o emocional. La ley es muy sencilla.

Ten lo que yo tengo y dejaré de tener. Esta es la fuente de la felicidad eterna. Tener mientras los demás no tenemos.

Me rindo ante tal obviedad mientras me conformo con las sobras...ser y no más.

domingo, 25 de julio de 2010

Aléjame

Intento apagarme. Coser mi boca. Tragar mi propio vómito. Pero no me dejan.
Ellos nunca me dejan. Tampoco preguntan. Mantener la compostura al menos es la opción elegida. Estamos de celebraciones. Sopla la tarta. Un año menos. ¿Balance positivo?. No, no soy hombre de empresa aunque me encuentre en la mayor de ellas.
Mantener las apariencias. Nos da seguridad. Nos proporciona la ilusoria sensación de que todo sigue igual. Miedo al cambio. El cambio hace tiempo que echó a rodar y yo, con él.

Alejarse. Me alejo de ellos. No me siento el centro del Universo, ni tan siquiera un satélite. Hablan y hablan sin parar. El silencio es incómodo y se combate con un poco de indiferencia al tiempo que se hace repaso de las noticias deportivas. Es un buen comodín, sin embargo, dura tanto como un orgasmo.
Me entierro cada vez más en la fina arena. La fría agua se clava en mis piernas. Es el único momento para sentirse vivo. Repito, somos como tocadiscos rayados, la música debe continuar.

El silencio es incómodo. De paso, me marcho con él.
Silencio y yo. Dicen que la felicidad no es cosa de uno. Sin embargo, la infelicidad sí.

Si contengo esta parte del todo negativa, contendré su análogo opuesto aunque tal vez bajo la fina arena, enterrado.

Me alejo de todos vosotros sin que os deis cuenta. Forma parte del todo cuando nada es algo en lo que pensar al menos para mi.

miércoles, 21 de julio de 2010

Lenguas

Tengo dos lenguas. Una para lamer las heridas de tu piel ácida.
Otra para gritarte. Marcar todo aquello que tanto odias de ti misma.

Tengo dos lenguas. Una para saborearte y escupir al aire palabras mudas.
Otra para odiarte. Tararear una melodía repetitiva como nuestra bilis.

Tengo dos lenguas. Una de ellas busca a la otra, esquiva como una anguila.

Tengo dos lenguas. Por más que me empeñe jamás se entenderán.

Tengo dos lenguas. Una bífida para buscar el camino. Otra para encontrarte.
Atrapar los olores que forman parte de mi recuerdo.

Por esta rareza de la naturaleza recorro el mundo enjaulado en un circo de variedades junto a la mujer barbuda y el hombre elefante. Soy una atracción de feria atrapado en un mundo de iguales...quiero escaparme.

Tengo dos lenguas. Una para rozarte desde el deseo de palabras susurradas. Otra para lacerar tu espalda con la urgencia de la huida.

domingo, 18 de julio de 2010

Brindamos?




Ayer recibí un mensaje de madrugada. Estaba tomando una cerveza con un amigo allí donde solíamos gritarnos en silencio. En la casa, arriba.

Vi pasar nínfulas domesticadas por la costumbre del cariño. Nos encontramos una vez más todos los que proponemos encontrarnos. Los hay de todo tipo, tipejos y reflejos. Esa noche no podía quejarme. Tenía toda la claridad mental suficiente para distinguir los claros de las sombras. No dejes que me lie. El tema importante es el mensaje.

Estas pastillas me están matando silenciosamente pero es un mal menor dentro de la fase dolorosa en la que me encuentro.

Todo se tuerce de la noche a la mañana, eso es algo que me ha quedado claro desde hace mucho tiempo. No confío en encontrar a la niña de las uñas rojas. La verdad es que existe mucho ruido a nuestro alrededor, nos acostumbramos a él y somos incapaces de vivir sin él.

Es una cuestión de reeducación. De alejarnos sin consecuencia alguna de todas aquellas personas nocivas para nuestra ya delicada salud. No es fácil. En ocasiones pecamos de demasiado buenos, exaltamos la amistad como si de una jarra de cerveza al aire se tratase y tragamos todo, como aspiradoras ninfómanas de tranquilidad. Mentiras.

Todo cambia de la noche a la mañana, que se lo digan a mi amigo y a mí mismo. Si no cometemos ninguna torpeza no te preocupes que alguien se encargará de romper con la rutina de buenos momentos en la que crees haberte instalado.

Me importa una mierda si me tachas de negativo, hoy me ha dado por ser sencillamente “realista” y escupir lo que he escuchado, visto e intuido. ¿Qué me puedo equivocar?
¿A quién le importa? Sólo te puedo decir una cosa. He leído un mensaje de madrugada, he hablado con un amigo a unas horas en las que tendríamos que estar exaltando la amistad sea lo que sea que signifique para ti, sin embargo esta noche apesta por que la vida se ha cagado encima de nosotros y seguimos creyendo en que no somos la presa.

Renuncia a las buenas maneras. Golpea la mesa. Es hora de protestar y patalear, de morir con las botas puestas. Dicen que el cementerio está lleno de Héroes, nunca te dije que quisiera estar en uno de ellos. La canción que suena ahora habla de la posibilidad de ser Héroes por un día. Tal vez tengan razón. Tal vez es hora de gritar mía!! Ser nosotros los que manejemos el hilo de este telón. Aunque sólo sea por un día.

Existen cosas para las cuales luchar no es la opción sino el único camino. Entiende esta lucha como quieras eso sí, siempre con reglas de las que no apartarse.
Existen caminos por los que uno debe transitar en solitario. Entiende este camino como quieras, eso sí, siempre teniendo claro a dónde quieres llegar, y que los atajos suelen retrasarte más a la larga, sí, piensa a la larga por todo lo que has dejado de ver.

Esta noche toca brindar por nosotros y por mi amigo. Nada más.
Mañana tendré una nueva oportunidad de brindar por ti, por mí…a la mierda todo lo demás. Porque siempre habrá un mañana en el que podamos brindar aunque sea en el breve instante de un final.

jueves, 15 de julio de 2010

Y sé que duele...




Ella me duele…sin previo aviso me golpeó la mandíbula…lenta e inmisericorde.

El dolor se mezcló con pensamientos paranoicos sobre el karma. Repasé mi lista de acciones buenas y malas….Todo en regla. Reacciones de orgullo como mucho pero ni un mal pensamiento.

No os podéis imaginar lo jodido que resulta darse cuenta de la ausencia de dolor cuando este se hace presente. No soporto verlo en nadie ajeno a mí por encima de lo que los instintos primarios permiten. No soporto ver a un niño llorar…me parece una gran injusticia que esa sonrisa tan generosa y despreocupada se vea borrada por la lágrima del miedo.

No soporto ver llorar a una mujer. Me parece una gran injusticia ver esas mejillas abultadas y laceradas salpicadas por la saliva de un perro de presa impotente emocionalmente.

No soporto casi nada sin que mi boca y mis dedos articulen una protesta….vivo en la protesta continua…hacia mí mismo principalmente pero en este momento hacia ella…que me duele, que asiente frente a mí con ese aire lascivo que tanto me cautivó en su día y que busco sin descanso en cada una de mis compañeras de noche que oscilan entre nadie y todas.

Ella duele, mas sin previo aviso se alejó de mi mandíbula rápida y esquiva.
No soporto que el dolor no avise de su marcha, de la incertidumbre ante un alquiler de mi cuerpo sin contrato.

El dolor nos viola y deja su semen allá dónde ninguna mano llega.

Es una cuestión de tiempo susurro. Es una cuestión de dejarse mecer por el viento otra vez más dejando que la tierra absorba todo resto y rastro de su paso.

lunes, 5 de julio de 2010

La rutina de tener piel




Seré breve. Hoy ha sido un día normal, en el que reproduje todos mis rituales rutinarios. Sin embargo, esta angustiosa sensación que tengo en el estómago se vuelve a manifestar como síntoma de que algo va mal.

Seré breve, me empieza a faltar el aire. Ya no encuentro la extraña seguridad por ninguna de mis manías. He perdido el tiempo en un día como hoy. Reproduciendo apegos y desapegos, no dando importancia a la ausencia de llamadas tanto propias como extrañas. El tiempo se pierde y con él todo lo demás que no es poco.

Seré breve…necesito ritualizarte.

miércoles, 30 de junio de 2010

¿Hay alguien ahi?

Escucho como insistentemente golpean las puertas del cielo...hay alguien ahí? joder!!! Llevo toda una vida llamando desde cabinas rotas...nunca he recurrido a los locutorios diseminados por todas las ciudades del mundo cuyo precio es la obediencia...nunca me hizo falta, creía...creía...hasta que dejé de creer en mí.
Perder la fe...en uno mismo es duro...odiar a otros seres mucho más llevadero que verte al espejo todos los días...


Perder la fe...en todo y lo demás también. Puedes cambiar de marco que el tapiz será el mismo.

Perder el tiempo rezándole a la esperanza de creerte, de buscarte como luz, inspiración…para encontrarse a cada noche, solo en la cama, si cabe…un poco más solo que antes aunque eso no lo he descubierto hasta ahora que te alejas al tiempo que me alejo de ti. Nunca darás ni un paso por mí, siempre detrás de ti…susurrándote en la noche que me envíes un ángel para acunar mis sueños.

Perderte…es en sí más duro que creer en vano pasados los años…Mis huesos se volverán débiles y los ojos perderán toda chispa capaz de incendiar mis cartas sin remitente. Será entonces cuando lo descubra? No! Mejor ahora…que tengo tiempo para repartir mis culpas entre las masas y por supuesto tú y yo…

Al final en el lecho vacío y reseco de toda humanidad pronunciaré tu nombre para volver a creer durante un breve instante de tiempo. Luego…

Hay muchas formas de llamarte…he intentado no molestarte y te he gritado en la noche más oscura. He pedido tantas cosas para otros que he olvidado mi nombre y me encuentro pobre sin más coartada que vivir en lo gris de no creer ya en nada…ni en ti, ni en ella…ni en nadie.

Y sin embargo me respondes y golpeas que todavía ahora…en este momento de la noche…mañana podrá ser…podrá.

Me encadenas a ello…me ato a ti aunque desconozco qué camino seguir y sé que las piedras no están puestas al azar sobre el polvoriento suelo que me obligas a pisar.

Te vuelvo a llamar…las puertas cerradas….no me escuchas? Hay alguien ahí?

lunes, 28 de junio de 2010

Youdog!!



Tal vez el marketing no sea una de mis virtudes ni tan siquiera un virtuoso de algo pero contribuiré a la causa de difundir la palabra.

Seremos durante un tiempo, canallas.

domingo, 27 de junio de 2010

Copas






Ella estaba con la mirada perdida. Tenía tal vez 20 años menos que el viejo cerdo de su lado. Era una chica guapa en busca de tranquilidad. Hay personas que se educan para no pelear demasiado. Ella era una de esas personas. La música sonaba despacio. No era una molestia. Parecía atenta a las historias que ese viejo de adolescencia tardía hilaba sin parar. Estuve a punto de levantarme y plantarme con mi gin tonic ante su cara para decirle cualquier mierda, con tal que callara. Prefería dejarles jugar.

Era muy guapa. Morena. De esas chicas que hacen que gires la cabeza por la calle. Inaccesible para un perdedor como yo. Él sin embargo se sabía ganador. Palabra tras palabra tejía sin parar miles de eslóganes con el fin de parecer el macho que no era. Mientras, ella no paraba de romper servilletas de papel.

No sé por qué extraña razón hay mujeres que en momentos semejantes hacen collage con las pobres servilletas de papel. Mientras escribo esto un gilipollas se dedica a pitar en la calle. Son las 4 de la mañana. Debería estar en la cama soñando con un mañana mejor pero hoy hubo exceso de vino.
La música era extrañamente buena para el lugar que frecuentábamos. Ellos no reparaban en detalles. Él se limitaba a cumplir con el trámite de las palabras antes de acabar en la cama, ella dilataba el tiempo de espera. Cuanto más te resistas, más vales solía repetirse.
Apenas percibí dos, tres palabras de su boca en el tiempo que estuve pendiente de ellos. Se sabía quién era la víctima y el cazador. Si era inteligente lo disimulaba bien en el silencio. Tenía esa esperanza ante la cara de triunfador del viejo semental.

La música era buena con lo que me distraje no sin antes percibir como se rascaba compulsivamente el brazo. Estaba nerviosa y él borracho, lo suficiente como para no darse cuenta que no tenía que seguir fingiendo. Podía decir…"nos vamos?...tomamos una en mi casa?". Podría haberle preguntado si su madre no llegaría antes de las 5 pero sonaría muy lastimero a la par de gracioso.
Estaba muy borracho como para cebarme con ellos. Me llegaba con lo mío. Tomar conciencia de lo que no disfrutaba a parte de mi voyerismo.
A medida que asciendo hasta mi casa, mis llaves se vuelven más esquivas. Soy un zombi y ella una puta que no se quiere lo más mínimo. Él solía distinguir entre valientes y cobardes. Le gustaba discutir con los primeros y acostarse con los segundos.


Siempre desconfié de los primeros y sus intenciones y rechacé los segundos por su incapacidad para volar. Ella esta noche volará recordando seguramente todas las manos que tocaron sus pechos y tal vez llore de rabia. Se había propuesto cambiar. No hay persona más feliz que la que vive en la ignorancia. Su rostro era el de un ser anodino. No conducía a nada salvo una cama. Cama a la que volveré inmediatamente puesto que mi boca no controla más al sueño.

sábado, 26 de junio de 2010

Vieja






Ei! Vieja…no te olvides de mí

Tus pulmones ya no son de seda

Ni tu voz la lolita que conocí.

Ei! Vieja… no te vayas sin mí.

Que tus manos todavía sirven

Y tus ojos me hacen reír.

Ei! Vieja…no me dejes aquí

Que sin ti la vida duele

Y no quiero vivir así.

Ei! Vieja…no sabes mentir

Que sufrir no es callarse

Y vivir no es sufrir.

Ei! Vieja, no te puedes rendir

Que sin ti todo cesa

Y me rendiré sin bandera

hasta el fin.