martes, 26 de enero de 2010

Claudia y yo

Claudia y yo



Claudia

Me duelen los ojos...son muchas las noches que llevan así. Me da miedo verme en el espejo y no reconocer a la mujer que fui.
Mi marido decía que la vida debía continuar ( *que fácil es para los que no están), que tenía que ser fuerte, por mi familia, por mi...pero sin él.... Aquel día nos fuimos juntos. Me derrumbé hasta este preciso momento en el que hablo sola con mis venas. *

No había fuerza en mis labios para pronunciar un “te quiero hijo”, para secar la lágrima que su pregunta producía: ¿ Qué te pasa mamá?.
No sentía que fuesen mis hijos, no sentía que la vida fuese mía...Y así ocurrió.
Entre pastillas y noches sin manos recorriendo mis mejillas me sentía fría...Llegó su mano, amiga al principio...Llegó su suave caricia y su fingido “ siento”.
Sabía que aquella sonrisa disimulada era como la tela de araña...una trampa para mis debilitadas alas. Me sumergí en él buscando su salvadora voz, su tierna voz interesada...y la noche me poseyó.


Yo

Si os digo la verdad, no sé pq coño os tengo que contar esto...bueno, en verdad lo sé pero tan sólo estoy dando un poco de cancha a mi lado rebelde. Nunca he creído en las terapias grupales y menos en aquellas en las que los demás tienen un cubata en la mano y yo un temblor convulso en mis dedos.
Nunca he sentido remordimientos por lo que hice, siempre atrevido, pesaba las consecuencias cuando estaban hiriendo mi cara.
Ella llegó a mi vida como la mayoría de vosotros, por causalidades...Podríais escribir cada uno un libro con las casualidades que han marcado vuestras vidas incluyendo a aquellas decisiones deliberadas que creéis fruto de vuestras reflexiones...No os engañéis...Casualidad. Aunque ahora mi trastorno rizará el rizo: Soy un cazador de lo casual, o un depredador social, un vampiro emocional...yo que sé...pago mis terapias para que me etiqueten.
Lo confieso. No me considero un buen hombre y menos una buena persona.
Colecciono mujeres, sí, soy un cerdo, ya lo sabíais...* q pasa?
Ella, Claudia, fue desde el momento que la vi, la pieza más codiciada.

Claudia

Nuestra relación fue una carga de sensaciones adolescentes carentes de toda racionalidad. Yo lo necesitaba y él me deseaba. Me dejé ir por la inercia de mi desesperación.
Sus visitas eran frecuentes, casi diarias, mi cama el refugio, sus brazos un subterfugio.
Maldita sea!! Que ciega estaba!! Me creía cuando pensaba que podría empezar de nuevo con él.
Ahora, en este momento os reconozco que me di cuenta, sí, demasiado pronto, de mi error, pero lo negué, lo asimilé.
Destapó las cartas del juego y las visitas se dilataron como las pupilas al colocarse. Era solo sexo sin adornos. Me sentí sucia, usada como un trapo viejo, una mierda. Reconocí mi error y cometí otros, como el no escuchar las voces que en este instante suenan en vuestras cabezas...
Una pregunta: ¿Seríais capaces de permanecer en una habitación en llamas con una ventana frente a vosotros como única salida y tres o cuatro pisos de caída?


Yo


Si os digo la verdad, todo resultó muy fácil...Desde hacía unos años mantenía una buena relación con su difunto marido, lo que me abría las puertas de su casa de vez en cuando. Partí desde una posición privilegiada. Desde siempre, Claudia me atrajo. Envidiaba a su marido por ella, no se la merecía, bueno, yo tampoco...pero no hay mal que por bien no venga, y cuando llegó el fatídico día ahí estuvo mi mano para secar sus lágrimas. Fueron momentos muy intensos, ahhh, sí, recuerdo sus saladas mejillas, su cuerpo junto al mío rodeados de llantos (que sinfonía tan cruelmente alegre), y supe entonces que sería mía.
Nunca imaginé hasta que punto...sabía que vivía en un límite peligroso, jamás superó la muerte de su marido sin embargo la fui empujando poco a poco hasta el abismo de la locura.
Desde entonces vivo esa noche todos los días. Por mucha televisión que veamos no es fácil encontrarse frente a frente con ciertas cosas.
Aquella noche las consecuencias golpearon mi cara y me dejaron la primera y única cicatriz.
Os confesaré algo, tengo parásitos intestinales que me comen por dentro y tengo miedo.

viernes, 22 de enero de 2010

Tic - tac boom!


...Sentado en el coche, camino hacia el hogar...

La lluvia golpea con aparente delicadeza el parabrisas mientras la radio grita las noticias del día. Se esfuerzan los locutores en informarnos de lo que sucede y opinan personas a las que nunca conoceré por suerte para mi, personas que deciden sobre nosotros y que adoptan el disfraz de hijos pródigos cada cuatro años.

En un gesto no voluntario apago la radio. El semáforo rojo me impide el paso. Bajo la ventanilla y dejo que el frío aire de la noche me despeje los pulmones. Llevaba sin respirar casi 12 horas. No se escucha nada salvo el ruído del motor y de la calle. La noche en la ciudad tiene sus sonidos particulares. Reparo en ellos.

Cierro los ojos, me convierto en un ausente presente. Dejo al semáforo en rojo y a la lluvia distanciarme de todo, de todos. Me adentro en el silencio de la ciudad discriminando las distorsiones, la suciedad. Tú estás por primera vez entre ella.

La gente impaciente, ajena comienza a pitar, dos, tres segundos en sus vidas de retraso, qué más da. Desean verme desaparecer, morir...sueñan con pisarme y follarme. Dos, tres segundos en sus vidas de retraso constante. Nos acostumbramos a llegar tarde a todos lados incluso cuando es demasiado tarde. En ese momento pedimos otra oportunidad mientras centenares de ellas pasadas, burlonas ahora, aparecen danzantes. Dos, tres, cuatro segundos en sus vidas de retraso y abro los ojos mientras bajo del coche parado. Semáforo en verde. Ya puedes pasar y volver a tu anonimato. Reparto billetes de 100 entre mis asesinos confesos. Vuelvo a mi cáscara de latón y avanzo dejando tras de mi un sinfín de caras incrédulas sonrientes. Cinco, seis, siete segundos en sus vidas...de retraso.

viernes, 15 de enero de 2010

El alto coste de la vida.

Tengo los dedos frios...me duelen las piernas más que la noche pasada. Me dedico a beber agua de una botella de cristal que no sabe a nada...insipida como todo lo demás.

Ella hace tiempo que dejó las sábanas de mi mente. No le guardo rencor. Son cosas que suceden. Lástima de su final. Se merecía algo mejor...soy de los que piensan que no importa como hayas vivido...al final de nuestros días deberíamos poder tener la bajada de telón deseada con algún aplauso si cabe, pero al fin y al cabo, cerrar los ojos en paz. Ella no lo tuvo fácil, se empeñó en complicarlo todo hasta tal punto que no la podía reconocer.

Me llevo las manos a la boca...sigue con su tacto y sabor pegados...soy un aprendiz de perfumista. Siempre tuve buen olfato para los aromas dejándome engañar por ellos, sin catar su esencia.

Trato de calentar estos dedos adormilados, hoy están espesos como las ideas que me rondan por la mente y que apenas puedo atrapar. Mañana. ¿Qué puedo hacer mañana? me soprendo recordando la pregunta que me formulé en este mismo lugar la pasada noche.

Hoy ha pasado tan despacio que me encuentro aquí extrañado, hablando en alto, que ha pasado? y no encuentro respuesta. He perdido un día. He sido un fracaso.

Prometo que este Domingo acabaré en la playa exhausto...luchando contra el mar, buscando la oportunidad perdida de valorar algo que creo que no tengo y me niego. El amor por uno mismo que a la postre es lo nos hace respirar o por lo menos querer hacerlo. Me gustaria contarme un secreto. Hace tiempo que ya no tengo ninguno de mi mismo. Estos suelo liberarlos al aire...los suyos me los guardo como oro en paño. Es lo que me diferencia a mi de ti, la fidelidad a ella y a mi. ¿A qué precio?...el alto coste de la vida.

martes, 12 de enero de 2010

Para ti...caótica impulsiva.

La felicidad es experta en fugas. Lo he comprobado tanto a lo largo de estos últimos tiempos, en forma de mujeres de labios rojos o bajo la forma de enfermera del amor. He huido y luchado, he perdido y abandonado, me he extraviado entre brazos locos y sonrisas tan sinceras como la luz de la mañana y sin embargo siempre se repite el mismo final.

"Tengo miedo y no tengo donde ir"...Tras este verso de una pequeña gran canción me encuentro nuevamente solo. Rechazo el consuelo del alcohol que me grita desde la cocina...esta noche fría es sólo para ella...a quien he visto llorar por mi, quien me ha hecho sonreir gratuitamente en la peor noche del año...la he visto llorar por mi. Pienso que no es justo...

"Volveré por ti algún día"...Le prometo...algún día no habrá distancia ni vacíos que nos separe del abrazo que durante tan poco tiempo me hizo reir. Tal vez no espere...no esperes le espeto...es lo justo...

La felicidad es experta en fugas...soy una prisión sin muros ni barrotes...

De aspecto desolador por el exterior le cuesta dejarse encerrar pero pronto descubre que no hay llaves ni puertas de acero...tan sólo un gran campo de juego.

lunes, 11 de enero de 2010

Matame despacio en tu fase REM

Mátame despacio, muy despacio
quiero estar un poco más, hablando
me quedé tus lágrimas mirando
y tu mano gris cerró mis párpados.

No vi la luz, ni salÍ volando
ni vi al que estábamos esperando,
sólo sentÍ coronas de plástico
envolviéndome en féretro y barro.

Y donde esté, sé que sólo seré polvo,
polvo de tu armario y de tus cuadros
o una simple mota entre tus labios,
lÍmpiame despacio, muy despacio
que aunque no me quejo, me haces daño.

Y donde esté, sé que, solo estaré.
?Tu que crees?
estaré en tu fase R.E.M, nadando
y tus gemidos serán mi abrazo,
llévame despacio, muy despacio
hacia donde tu y yo, seamos algo.

ANIVERSARIOS

Gordita

Hoy hace un año de este texto...parece que fuera ayer cuando decidí abordarlo. Han cambiado tan pocas cosas que recelo de este inmovilismo. Bueno miento, han cambiado muchas cosas. He asistido a demasiados entierros.

Te quiero gordita, tu lo sabes muy bien pues no hay anuncio más presente que mi acallada voz, mártir.

Estoy inevitablemente unido a ti por algo, aunque lo rechaces, viene de muy lejos, y aunque haya respeto, en el fondo de nuestros corazones deseamos que estallen las hostilidades. No queremos respetarnos.

No, no puede ser, como va a poder ser si cada vez más me miras con ironía, cuando lo hacías que recuerdo, hay algo irónico, melancólicamente irónico, como si conocieras los mil finales que te aguardan sin ser alguno justo para ti, justicia de verme así, levemente reflejado en esos ojos crónicos.

Nos estamos distanciando ¿no es cierto? O sea que la vida también puede en ese sentido conmigo. ¿Nos distancia?, ¿nos separa?. No, gordita, a mi no me separará nunca de ti, no puedo, si puedes, es más fuerte que todo, ¿no lo entiendes?.

A veces me parece que voy a pasarme el resto de la vida sentado y hablándote, recordándote, maldito el daño que me está haciendo tu prosperidad. Tu y yo entramos con pie derecho sobre arenas movedizas, no lo olvides, yo soy como tú, mejor tal vez o peor, amor, odio, amor.

Maldito sea lo que empezó a hacerme sentir mal en el mundo…


Adaptado de Alfredo Bryce Echenique.

viernes, 8 de enero de 2010

Vuelos

Lo más imperfecto del soñar es caer en la cuenta de que nada se va a cumplir por muy cerca que creas haber estado de lograrlo. Visualizar una meta ayuda a sobrellevar mejor los errores, asimilar de una manera menos autodestructiva el fallo incluso darte una pista de que pasos dar y no dar...sólo que falla una cosa. El escenario completamente imprevisible.

En esto un tal Murphy podría contarnos muchas anécdotas.

Lo más perfecto del despertar es encontrarte sólo en el lecho sin más hechos que un sobre de ibuprofeno, un vaso de agua y una pintada de carmín en la sábana.

Es lo más real que puedes atesorar de una parte de la felicidad aunque te deje un fuerte dolor de boca. Al menos...lo has tocado.

sábado, 2 de enero de 2010

Ellas

Estaba tan llena de vacíos que buscaba desesperada el rechazo de voces masculinas para sentirse algo, para trascender de la mierda en la que se bañaba voluntariamente cada mañana. Tanta necesidad tenía de sentirse algo, por destructivo y asqueroso que fuera, que no dudaba en emplear cualquier sucia forma de lenguaje para llamar la atención, aspera al tacto escucharla provocaba el roce de mi boca en una almohada de ortigas. Tenía ganas no lo puedes ni imaginar, de taparle la boca con piropos pero no había en ella nada más que escritura automática salpicada de ensoñaciones sacadas de un libro leído la pasada noche. Olvidaba ella que mostrarse así era para mi una forma de engaño burda que por un lado me encantaba pero por otra rechazaba. Cuando alguien se siente atrapado los golpes no distinguen entre amigo o enemigo. No entendía ella que su grito de auxilio fue para mi toda una invitación al exilio del olvido.

viernes, 1 de enero de 2010

Sin hilos

Noches de lunas azules...noches de vestidos negros en cuerpos trinitarios...el hielo se derretía en mis manos como los recuerdos de nuestro último encuentro. Sin rastro de la mujer de los labios rebeldes rojitos, sin rastro de cualquier esperanza de venganza de mi boca sobre la tuya me encontré de repente bailoteando en una fiesta de disfraces de los 80, Loco mía, George Michael, un pijo de jersey amarillo y mecanos articulados a mi alrededor eran una buena compañia para protegerme del exterior adornado de lluvias rabiosas.

Esa noche había que pagar en todos los lugares para entrar y ser uno más, menos para observarte, menos para decirte tantas cosas en voz baja que ya no las podré volver a imaginar pronunciar. Sabes que lo haré mientres dure este trance llamado vida...te seguiré con la vista oculto en la oscuridad donde cada noche me depositas inerme...confiada en que mis ojos de cristal son tan sólo eso, piedras que se empañan al verte entre el vaho de la ducha en la que me sumerjo sin que lo sospeches con una esponja en mis pequeñas manos a adorarte desde los pies hasta donde la vista logre alcanzarte.

Creo escucharte abriendo la puerta de la entrada...dejaré todo como está...y volveré a mi esquina oscura esperando a que tengas miedo y vengas a buscarme...en tu sueño...te susurraré mi nombre y mis miedos.