martes, 13 de noviembre de 2012

Perros y nabos

Somos sombras de lo que fuimos y seremos. Cercanos al abismo, a la muerte de los sentidos. Buscamos permanecer dentro de algo, húmedos, aunque haga daño. Soy viejo para decirte esto más el asco que siento es sudoroso, y su capricho, el don con el que apareces. Vete a casa y lame esa mierda que tus heridas rezuman. Vete a casa lamentándote del asco que es tu vida. Duerme tranquila pegada a una botella de moral con la que soportarte reflejada cada mañana. Consuélate con perros y nabos, de paso que te mueres, hazme caso.

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