sábado, 26 de diciembre de 2009

Milagros

No creo en los milagros, ni en los cuentos de Navidad...Sí en los fantasmas de los tiempos pasados que me atormentan en la noche mientras la vecina del 2º después de 3 meses de sequía no para de follar...Acaba ya! le grito...no sin cierta envidia...pero en este momento el sueño me resulta más turbador que imaginarla feliz.

Me deslizo bajo las sábanas pensando en mañana...y me olvido de ahora...

Mi piel blanca transparente muestra que la sangre hace tiempo dejo este mi cuerpo para formar parte de tus fluidos. Me escondo entre las sombras aguardando a que vuelvas a cruzar por el callejón oscuro que solíamos recorrer tu segura de ti misma...cazadora...yo temeroso de perderte...presa.

Los papeles se han cambiado aunque he de matizar una cosa. La huelga de hambre que mis ojos han proclamado al dejar de mirar hacia el cielo esperando una señal.

No creo en los milagros ni tan siquiera aquellos que pueden surgir fácilmente de nuestras manos...en forma de caricias, en forma de música...no se me ocurre que otras cosas ofrecer que puedan ser dignas de merecer ese título. Milagro.

Seguro que muchos matarían por estar en mi lugar de la misma manera que los mataría sin vacilar ante tanta mediocridad. No soy quien de administrar tales destinos ni cercenar posibilidades por lo que me limito a observarlos, observarte mientras los lamentos, propios y ajenos se mezclan sin dejarme conciliar el sueño.

Es una pesadilla en plena Navidad...sexo a dos metros sobre mi y una mujer de bigote hitleriano que me invita a irme del trabajo rodeado de centenares de compañeros pasados y futuros...y me levanto indignado golpeando las paredes del sueño ante tanta podredumbre, injusticia...me levanto y sangro nuevamente...mi piel sigue transparente pero sangro no por dentro sino por fuera de mi piel...me encuentro sumergido en un estanque de sangre mezcla de todos los yos que viví y pude haber vivido pero que negué. Soy mi propio Caín y Abel.

Esta noche me encontré con restos de un naufragio…mensajes sin contestar y amigos que olvidaron llamarme…me encontré con ellos y pude ver culpabilidad…o quise verla…qué más da. Mi estancia entre esas paredes tan llenas de música no popera precisamente fue breve tanto como la Guinnes que ahora impulsa estos dedos congelados.

Tuve ganas de llorar nada más cerrar la puerta tras de mi pues hoy he recordado que la soledad simpre nos ronda…triunfadora siempre…nos dá la ventaja que su hermana muerte atesora y administra generosa. La soledad siempre llamará a nuestra puerta…queramos o no…por muy independiente y republicano que seas…volverás al seno materno dónde no eres nadie ni nada salvo una gran incógnita, un protagonista de historias aun no escritas pero de por si milagrosas.

No creo en los milagros sin embargo tras estas palabras…el mero hecho de pensar en ello empuja al pensamiento a sumirse en un sueño de esperanza que abrigue este cuerpo solitario en esta cama solitaria a tan solo dos metros de una felicidad orgásmica y caduca pero felicidad vaya. Tal vez haya un mundo para ti y para mi donde poder compartir nuestras jeringas de droga perfecta en forma de palabras edulcoradas…aunque esta noche…esta maldita noche sea la más negra de todas. Dejo el ahora…y espero al mañana.






5 comentarios:

  1. Yo tampoco creo en los milagros. Pero sí en la mala hostia y en la luz (que casi siempre llega) del deseo confuso de querer vivir. ¿Por qué? Pues no lo sé, yo también me lo pregunto a veces.

    beso.

    ResponderEliminar
  2. Porque en cada célula existe una porción de esperanza irracional en el hoy...en permanecer a pesar de las tormentas que nos sacuden para llegar a la noche al lado de...

    ResponderEliminar
  3. Hace poco, muy poco de hecho, una persona me dijo que la soledad no se puede evitar. Y que ella era adicta a la soledad compartida. Últimamente, y no sé si para bien o para mal, yo también le estoy encontrando el encanto a estar desencantada con los demás. Y a querer estar sola. Si quieres compartirla, sabes que hay Guiness de sobra y muchos más cafés con música poppy y no tan poppy, que podremos seguir disfrutando.

    ResponderEliminar
  4. Sabes que siempre una guiness estará esperando encima de una mesa de azulejos azules...deseando compartir ese momento de silencios interrumpidos por deseos, y comentarios salpicados de esa retranca que nos caracteriza...Serlos azotes de los Berlusconis autóctonos me parece tentador...

    ResponderEliminar
  5. Haces bien en no creer en los milagros...

    ResponderEliminar