En la lotería como en los caballos apuestas a un número, perdedor generalmente. El ganador es una cuestión de suerte, no de genética.
En la vida, no hay números a los que apostar, tan sólo pares o impares, rojos o negros, poco más la verdad. Eso me hace pensar en las dificultades que nos encontramos a la hora de decidirnos. Rojo o negro, negro o rojo. Ganar o perder.
No hay trampas ni trucos pero si algún pequeño consejo recogido del suelo. No temer el resultado, preocuparse por el instante en que tomas la decisión y apuestas. Tratar de que todos nuestros actos nos permitan alcanzar nuestra meta.
Sabiendo que la consecuencia de tu acto puede ser negro o rojo, ¿para qué lamentarse antes?. Rueda, deja que todo ruede y no pierdas el tiempo en lamentar tu suerte sino pierde el tiempo en cultivar tu suerte.
Incluso en el fracaso, hay algo que ganar.
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