Suena una de esas canciones míticas que durante tantas noches tarareamos hará cosa de 10 años, 8 años, 5 años, 2 años, hoy...ayer...Me desarma con su mirada...
No; si veo mi rostro reflejando una sonrisa no es por masoquismo, me hacen gracia las correspondencias que mi mente hace con la letra. Juega con ellas dotándoles de un significado digno de los discursos interiores con los que cada día me salmodia.
Me rasco compulsivamente las costras de mis heridas, rodillas enrojecidas por las penitencias ajenas casi siempre hechas mías. Puedo comprenderme un poco más...ansia.
Nunca me he esforzado más de lo justo e imprescindible por destacar en algo positivo claro...no he sentido esa necesidad. Sin embargo, empiezo a preocuparme. Cuánto he perdido? 10, 8, 5, 2 años...?
Hoy lo he intentado...te he puesto en mis oraciones y ensoñaciones...creo que destacaré en conspiraciones astrales mientras en lo terreno te vigilaré desde los sueños.
Los días anodinos pasan uno tras otro. Sin embargo, el anodino soy yo...perdido en mi calita pequeña olvido visitarte...océano...a que espero?...A que esperamos para encontrarnos? Maldita sea...el ansia no es buena compañera de conspiraciones, sí de roces entre las sábanas recien estrenadas.
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