Reconocer...
Las noches cuando no se planean suelen resultar aburridamente entretenidas siempre que mantengas la barbilla debidamente erguida y perennemente girando de derecha a izquierda en busca de la rareza cotidiana.
La lluvia trataba de recordarme que es malo salir en plan macho, es decir sin paraguas...pero es algo que no se estila mucho por la zona donde los abrevaderos y las cervezas comparten techo por lo que no tuve más opción que joderme y seguir caminando con gran dolor en las piernas después de una tarde de lo más activa tratando de escalar el cielo.
Noche de conciertos y reencuentros...ni un alma por las calles...todas enclaustradas en la cueva esperando que la medianoche marque el inicio de la carrera hacia la madrugada donde los nombres son meros adornos de alientos atrapamoscas y sudor pegado a la piel de otro...no puedo olvidar jamás mencionar los tatuajes producto de dagas flamígeras en forma de cigarrillos...y es que la noche está repleta de torturadores y masoquistas feroces de rostros brillantes y felices.
Escuché la canción más fea del mundo y reproches hacia uno mismo con un "merezco" como coletilla de ese ave maría que es la música de cantautor...repitiéndome una y otra vez las desdichas vividas y por vivir...recordándome las venturas vividas y bueno...sencillamente recordándome el porqué maldita sea existen reglas sociales que me impidan saltar sobre el escenario y besar ese fino cuello que tanto echo de menos...al grito de "me lo merezco"!!. Salgo de mi fantasía por un instante sólo y el concierto termina como el polvo que termina antes de ni tan siquiera gemir...
Llamadas inesperadas nos hacen trazar nuevas rutas hacia lo desconocido. Termino con mis huesos aburridos en un lugar de fantasía, casi mágico donde la decrepitud y la apología de la droga legal se funden con las imágenes ficticias de las drogas de quienes juegan a chamanes o entidades Hydeanas.
Es así como que antes de la hora señalada por el Manco me encontré rodeado de un imaginario de personajes sacados de una atracción de espejos. Pensé en que por la mañana con el fresco del sueño estos amigos de barra serían seres de lo más respetables y creo que esa idea lejos de tranquilizarme me inquietó un poquito más.
Apuré mi habitual cerveza sin darle tiempo a mi cuerpo a protestar. Dejé a mi derecha a un funcionario maltrecho por el exceso de dinero tratando de sonarse su nariz sanguinolenta, a su lado una joven, "su hembra" como la llamaba me mostraba la capacidad de su vejiga con un ir y venir del baño de los hombres mientras que un cliente de la altura de la barra, al que llamaban "Becerro", buscaba compulsivamente entre sus tarjetas de crédito. Todo esto al mismo tiempo que el camarero con la cara del mismo color que su morada camisa me daba la mano que utilizó anteriormente para sacudirse su polla en el baño - locutorio de puertas transparentes. Este ser obligaba a un cliente con muchos amigos imaginarios a cantar una canción a cambio de un cubata. Un apunte...beber un cubata de un trago es señal de que algo no va bien...porque seguía cantando y cantando ante mis incrédulos ojos.
Podría describir un poco más el esperpento pero reconozco que no sería justo hablar de ello en 3ª persona del plural. Tal vez lo más adecuado sería la 1ª. En mi normalidad anormal yo era uno más...acogido entre los no acogidos y por ello me sabe mal irme sin defender la belleza picassiana como un canon más de medida. No hubo preguntas ni miradas extrañas...tan sólo una cerveza en mi mano y una mirada de lo más atenta a sus interpretaciones magistrales.
Llegar a casa fue fácil...iba sólo...nadie me despistaba. Llegar a casa y encender las luces al tiempo que imaginaba a tanto peculiar personaje sentados en mi sofá y alguna en mi cama me hizo sonreír...la noche no fue tan mala.
¿Te das cuenta de por qué visito bares?
ResponderEliminar;)
Son una fuente inagotable de inspiración...
ResponderEliminar;)
Cuando leí tu entrada, la sucesión lluvia-concierto-manco me indujo a pensar en Vigo, pero acabo de cerciorarme de ello.
ResponderEliminarLas noches casi siempre están bien, con todas esas personas y esas cosas ficticias, tantas apariencias y tantas verdades.
Y detrás de todas las portadas de mi blog, mil historias increíbles en forma de viñetas y bocadillos, je.
Un beso.
Quizá el equilibrio sea posible para algunos. Lo irreal puede acabar siéndolo todo, según los ojos que lo miren. Supongo que al final es sólo que todo es demasiado relativo.
ResponderEliminarDejar que te acaricien ciertas mentiras a veces es necesario. Pero es indudablemente mejor aferrarse a la verdad, por mucho que duela.
Me ha gustado este texto. Tiene ese brillo sin desesperanza que tanto me hace falta.
Lenashka...efectivamente...el manco es sólo uno de entre muchos...podría ser una escena de cualquier zona de copas pero efectivamente has dado en el clavo...no habrás hecho trampas? :)
ResponderEliminarParece que a todos nos une un hilo invisible a Churruca ;)
Escenas más reales que ficticias aunque al día siguiente no recuerdes nada.
Me encanta esa alternativa forma de escribir...con portadas. Habrá que interpretarlas.
Saludos