Hace tiempo que su estrella lo abandonó en busca de nuevos establos que adornar, hace tiempo que nadie hace posada y fonda en su cama de perfectas sábanas de algodón africano de primera calidad. Siempre disfrutó de su tacto más que de la piel de alguna de sus concubinas noctámbulas, por lo menos es el consuelo que su mente trata de venderle al acostarse.
No recuerda el nombre de la gente que alguna vez lo deseó y no por el consumo excesivo de licor de hierbas. Alguien le dijo una vez que si quería ser feliz cuidase su salud, cosa que hace y que tuviese mala memoria. De esto último no destaca precisamente. Lo bueno de sentir dolor es que te olvidas de la última premisa. No es un suicida, para eso hay que ser un valiente cobarde. Necesita demasiado de los demás como para irse así sin más, sólo sin haber contribuido en nada a la humanidad. Es una gota más en este lodo existencial.
Siente la náusea extendiéndose sobre su cabeza, anulando toda forma de pensamiento futuro y no puede reaccionar. Tiene su casa perfectamente en sintonía con el zen pero este último no sintoniza muy bien con él. Puede que haga una barbacoa casera con tanto libro de autorruina. El zen es una buena idea para impresionar a los invitados e incluso, para hacer más felices a los gnomos del jardín. Las chicas zen no pasan las baterías psicológicas recomendadas por la OMS y debido a tanto rechazo su carisma se ha enquistado en una barrera infranqueable de anodismo sentimental.
Hace tiempo que su buena estrella cambió su sitio por un avión de papel sin remitente procedente de los lejanos bosques del Norte…el avión no es más que un papel con un desafío…”atrévete valiente”. Hace tiempo que dejó de atreverse.
El teléfono deja de sonar. No espera a que llame ni señales caídas del cielo. Sus cartas no tienen remitente ni dirección. Se amontonan sobre su fina mesa de cristal en la que grabadas con ácido colecciona todo lo que no tiene. Poco a poco empieza a perder la paciencia consigo mismo, poco a poco deja de confiar en los astros ni en las buenas obras, en los corazones maltrechos del ser humano. Cae en la amargada espera en la que lo cotidiano apenas le permite respirar…flotando boca abajo abre los ojos pero el fondo es oscuro como el abismo que se abrió con la indiferencia manifiesta de su coche, el de ella ya me entiendes, aparcado en frente de su casa.
Hace tiempo que nada le calienta, ni los cafés de interminables charlas en duermevela ni las ilusiones pasajeras…está tan acostumbrado a ellas que ni las saborea…nada le llena…plantea dejar la carne y pasarse a las velas que adorna su casa perfectamente zen…Decorar otros interiores porque el suyo…huyó hace tiempo tras su buena estrella.
Y ahora…nada espera…y la paciencia comienza a perder la…paciencia. Los golpes de suerte tendrán que volver…sólo pide que no sea demasiado fuerte para no perder el sentido y quedarse fuera de sitio…ya me entiendes…no saber decirte…te…bueno ya me entiendes…
Cree escuchar por encima de su cabeza, más allá de la náusea que lo envuelve el ruido de un motor, un avión…rumbo hacia su estrella…sonríe…tal vez todo se reduzca a tener mala memoria y perdonar todo incluso a ti mismo…tal vez…
Siguiente por favor…Su turno espera…la cola del paro es tan larga y da tanto tiempo a pensar que olvidó saludar a esa chica…como se llamaba? Mierda…lo olvidé…aprieta los puños…MIERDA!! Oye chaval…pasas o qué? Le espeta un caimán…ah si perdona…
Hola venía a....Ya recuerda su nombre…De repente una voz femenina exclama…La grúa está llevándose un coche verde…Oh mierda, es el mío…salgo corriendo…paso al lado de ella, es la chica que ha entrado para avisar…que maja…al pasar a su lado le daré las gracias y la llamaré por su nombre….Gracias…ehh…mierda!! Exclamo! Huyo…La maldita mala memoria…No soy feliz…no tengo coche…siento al náusea y para qué coño sirve la paciencia…? Ah! Ya lo recuerdo…para conformarse y esperar…Siguiente por favor…volvemos a empezar…sonríe…el avión se ha alejado hacia el Norte. Aquello parece una estrella no?
Cuando tengo esa sensación de que por más que haga nada va a mejorar porque todo está estancado, pienso tontamente en el karma.
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Sí. Es absurdo. Pero me tranquiliza, aunque sea por un segundo.