Intento apagarme. Coser mi boca. Tragar mi propio vómito. Pero no me dejan.
Ellos nunca me dejan. Tampoco preguntan. Mantener la compostura al menos es la opción elegida. Estamos de celebraciones. Sopla la tarta. Un año menos. ¿Balance positivo?. No, no soy hombre de empresa aunque me encuentre en la mayor de ellas.
Mantener las apariencias. Nos da seguridad. Nos proporciona la ilusoria sensación de que todo sigue igual. Miedo al cambio. El cambio hace tiempo que echó a rodar y yo, con él.
Alejarse. Me alejo de ellos. No me siento el centro del Universo, ni tan siquiera un satélite. Hablan y hablan sin parar. El silencio es incómodo y se combate con un poco de indiferencia al tiempo que se hace repaso de las noticias deportivas. Es un buen comodín, sin embargo, dura tanto como un orgasmo.
Me entierro cada vez más en la fina arena. La fría agua se clava en mis piernas. Es el único momento para sentirse vivo. Repito, somos como tocadiscos rayados, la música debe continuar.
El silencio es incómodo. De paso, me marcho con él.
Silencio y yo. Dicen que la felicidad no es cosa de uno. Sin embargo, la infelicidad sí.
Si contengo esta parte del todo negativa, contendré su análogo opuesto aunque tal vez bajo la fina arena, enterrado.
Me alejo de todos vosotros sin que os deis cuenta. Forma parte del todo cuando nada es algo en lo que pensar al menos para mi.
Inquietante...
ResponderEliminarTourist he tenido tal momento poético que te lo tengo que relatar, aunque no tenga ningun sentido lógico en esta entrada tuya tan "rarita"
ResponderEliminarEstaba yo leyendo por la página cincuenta y cinco (momento sarcasmo) de una edición del libro de Saramago "El viaje del elefante" y:
"...se oyese el grito, Albricias, albricias, ahí hay una aldea".
Realmente poético...
;)
El 5 es un número curioso, más si lo acompañas de otro (momento sarcasmo ;) )
ResponderEliminarHay una canción preciosa de Standstill...del último disco. Del tercer EP...habla sobre un elefante. La recomiendo...
;)