miércoles, 3 de febrero de 2010

Pasajero

Mi mano derecha está congelada. La sangre se ha vuelto de izquierdas radical. Ella se rebela contra mi lengua...la quiere arrancar y tirársela a las gaviotas que ya se arremolinan junto a la ventana ávidas del carnaval de vísceras que les prometo con la mirada.

Lo breve de este momento bajo la noche oscura de grandes avenidas estrelladas es que me doy cuenta del miedo que paso a estas horas en las que el dolor me clava sus garras dejando a la vista todo lo que no pude vomitar.

Logro llegar a mi cama y me lanzo moribundo sobre sábanas arrugadas por los soles y edades que me ven nacer cada mañana. No quiero abrir los ojos, quiero calor en mi buena mano derecha...quiero un espantapájaros en mi mesilla para que estas pesadillas que llevan tu nombre dejen de graznarme al oído.

Soy un pasajero más esta noche...con el mismo destino que todos...con el mismo destino que todos...soy un pasajero más esta noche...sobre la cama...como tantos otros...con miedo...junto a la nada.

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