
Ayer recibí un mensaje de madrugada. Estaba tomando una cerveza con un amigo allí donde solíamos gritarnos en silencio. En la casa, arriba.
Vi pasar nínfulas domesticadas por la costumbre del cariño. Nos encontramos una vez más todos los que proponemos encontrarnos. Los hay de todo tipo, tipejos y reflejos. Esa noche no podía quejarme. Tenía toda la claridad mental suficiente para distinguir los claros de las sombras. No dejes que me lie. El tema importante es el mensaje.
Estas pastillas me están matando silenciosamente pero es un mal menor dentro de la fase dolorosa en la que me encuentro.
Todo se tuerce de la noche a la mañana, eso es algo que me ha quedado claro desde hace mucho tiempo. No confío en encontrar a la niña de las uñas rojas. La verdad es que existe mucho ruido a nuestro alrededor, nos acostumbramos a él y somos incapaces de vivir sin él.
Es una cuestión de reeducación. De alejarnos sin consecuencia alguna de todas aquellas personas nocivas para nuestra ya delicada salud. No es fácil. En ocasiones pecamos de demasiado buenos, exaltamos la amistad como si de una jarra de cerveza al aire se tratase y tragamos todo, como aspiradoras ninfómanas de tranquilidad. Mentiras.
Todo cambia de la noche a la mañana, que se lo digan a mi amigo y a mí mismo. Si no cometemos ninguna torpeza no te preocupes que alguien se encargará de romper con la rutina de buenos momentos en la que crees haberte instalado.
Me importa una mierda si me tachas de negativo, hoy me ha dado por ser sencillamente “realista” y escupir lo que he escuchado, visto e intuido. ¿Qué me puedo equivocar?
¿A quién le importa? Sólo te puedo decir una cosa. He leído un mensaje de madrugada, he hablado con un amigo a unas horas en las que tendríamos que estar exaltando la amistad sea lo que sea que signifique para ti, sin embargo esta noche apesta por que la vida se ha cagado encima de nosotros y seguimos creyendo en que no somos la presa.
Renuncia a las buenas maneras. Golpea la mesa. Es hora de protestar y patalear, de morir con las botas puestas. Dicen que el cementerio está lleno de Héroes, nunca te dije que quisiera estar en uno de ellos. La canción que suena ahora habla de la posibilidad de ser Héroes por un día. Tal vez tengan razón. Tal vez es hora de gritar mía!! Ser nosotros los que manejemos el hilo de este telón. Aunque sólo sea por un día.
Existen cosas para las cuales luchar no es la opción sino el único camino. Entiende esta lucha como quieras eso sí, siempre con reglas de las que no apartarse.
Existen caminos por los que uno debe transitar en solitario. Entiende este camino como quieras, eso sí, siempre teniendo claro a dónde quieres llegar, y que los atajos suelen retrasarte más a la larga, sí, piensa a la larga por todo lo que has dejado de ver.
Esta noche toca brindar por nosotros y por mi amigo. Nada más.
Mañana tendré una nueva oportunidad de brindar por ti, por mí…a la mierda todo lo demás. Porque siempre habrá un mañana en el que podamos brindar aunque sea en el breve instante de un final.